27 de junio de 2017

Frantz.

Después que vi "Dentro de la mansión" de Francois Ozon, quedé como cautivada, encantada, porque ni bien supe que estaba en cartelera FRANTZ, quise verla. Sin investigar si quiera de qué trataría. Creo que también el afiche, que colgaba de la ventana del cine, ayudó en mi decisión.
Siempre he amado el blanco y negro, las fotos y las películas de esa época o ambientadas en esos tiempos. Que pueden ser principios, muy al comienzo del siglo XX o finales del XIX, casi hasta 1940. Sumado a las vestimentas que se usaban en esos tiempos, qué decir de la arquitectura que ebullía como la olla presto de la cual salieron.



Y con FRANTZ, no me equivoqué ni un segundo.
Era desmedidamente romántica y por tanto, los elementos de desolación, vacío, ausencia, se multiplicaban con los de amor desesperado, tensión sexual, amor, belleza. Belleza estética, belleza de seres humanos, de mujeres excepcionales, seres generosos. Maldad, egoísmo y sin embargo amor. Por ahí alguien diría humanidad, pero prefiero quedarme tan solo con el romanticismo de esta historia.

Que no es una historia de amor y al mismo tiempo lo es todo el tiempo. 
Existe un tal Frantz, que lamentablemente como joven alemán, fue a la guerra, la Iº Guerra Mundial y murió en el campo de batalla. Este joven y hermoso hombre, dejó a sus padres y a su prometida, tristes y desolados. Hasta que un día llega un personaje misterioso, que no se atreve a visitarlos, que toca la puerta y sale corriendo, que deja flores en la tumba de Frantz.



Hasta que la prometida del muerto, Anna, decide encarar a este personaje y lo descubre en la tumba de su amado, llorando desesperado. Y de ahí en más comenzará a surgir una historia particular, porque uno en su calidad de espectador o de mal pensada en este caso yo, creeré todo el tiempo que el verdadero vínculo entre Anna y el forastero, de nombre Adrien, es justamente FRANTZ, este soldado alemán que murió en la guerra y que por diversos motivos, tanto Anna como Adrien, se sienten fuertemente ligados entre sí y con el recuerdo y lo que fue este hombre que ya no está.

Reconozco que aunque no viene al caso y no suma, menos resta, porque tampoco es bueno o malo, sino que simplemente es, desde que comenzó la cinta tuve la impresión que Adrien en cualquier momento confesaría lo que para mí, era evidente: tanto Anna como Adrien, en distintos momentos, habían tenido un amor con Frantz.



Y en ese juego ambiguo que quizás sí, quizás quién sabe, nos mantiene Ozon, durante mucho tiempo de la historia. Anna lleva a la casa de sus suegros, padres del soldado muerto, a Adrien, para que les hable de los últimos momentos antes de marcharse a la guerra. Ella está segura que este misterioso amigo, es tal de su prometido y seguro puede contarles historias lindas previas a su deceso. El padre de Frantz, al principio lo rechaza, más que mal Alemania ha perdido la guerra en manos de Francia y si bien, los muertos son miles por ambos lados, él siente que todos los franceses le mataron a su hijo. Y Adrien, sin explicar más se marcha convencido que lo que siente Hans, el padre del soldado, es cierto.

Pero volverá y conversarán del hijo muerto, tocará el violín del que ya no está, se mirarán con Anna como descubriéndose entre sí, ese amor que los dos han sentido por Frantz.

Yo pensé que esa sería la historia y lo encontraba total, no soy quién para juzgar y el amor es amor desde donde venga. Pero Ozon, me ensñó que no todo necesariamente es como parece.



FRANTZ, es una película hermosa, bucólica, porque tiene la tristeza de la guerra y lo que está provoca, es romántica porque hay amor en todas sus esquinas, es preciosa porque representa con una fidelidad la estética, armonía, elegancia, belleza de esos años, los 20 primeros del siglo XX, con una maestría que casi, una como espectadora, llega a pensar que saliendo de la sala, el mundo seguirá siendo en blanco y negro.

Y lo que más sorprende y deja boquiabierto al espectador, es cómo se van sucediendo los hechos. La cinta pasa de lo más romántico a la desolación, el vació, más profundo. Corazones solitarios, enamorados, que se aman y que por diversas razones no pueden estar juntos. Alimentando el corazón de unos, protegiéndolo, con mentiras, vivirán o creerán que lo están haciendo.



Una delicadeza, solo comparada que para qué comparar, pero no puedo evitar, con "El Gran Gatsby", la original obviamente, porque ésta de Ozon también es un remake de la que se hizo hace muchas décadas atrás. Pero con mucho mejor resultado que la que corrió la versión siglo XXI de "El gran Gatsby". Y mi comparación de una a por la otra, más que comparar es simular la belleza, el tratamiento de la ambientación, la belleza de los personajes, sus ropas, los lugares, caserones, aunque en la película de Robert Redford, era de color y uno intuía que toda esa belleza se movía en blanco y negro. 
Es decir, una película imperdible, la recomiendo absolutamente!!!

SINOPSIS:
Una pequeña ciudad alemana, poco tiempo después de la I Guerra Mundial. Anna va todos los días a visitar la tumba de su prometido Frantz, caído en la guerra, en Francia. Un día, Adrien, un misterioso joven francés, también deja flores en la tumba. Su presencia suscitará reacciones imprevisibles en un entorno marcado por la derrota de Alemania. 

CALIFICACION:
*********************

FICHA TECNICA:
Título original: Frantz, Francia, 2016.
Guión y dirección Francois Ozon,
Música: Phillippe Rombi.
Fotografía: Pascal Marti.
Género: Drama.
Duración: 113 minutos.
Reparto: Paula Beer, Pierre Niney, Johann von Bülow, Marie Gruber, Ernst Stötzner, Cyrielle Clair, Alice de Lencquesaing, Anton von Lucke.

No hay comentarios: