10 de octubre de 2011

Un Cuento Chino.

A veces las sinopsis cuentan cosas que si las lees después de ver la cinta, como que sientes que no son tan exactas. Porque en UN CUENTO CHINO, el detalle de que Darín fuera a la guerra de las Islas Malvinas y que por eso su amargura, antisociabilidad, finalmente convertido en un ser gruñón, ermitaño, como que si no te lo cuentan, da lo mismo. De gruñones está lleno el mundo y no todos son producto de la guerra. Los gruñones se hacen porque nacen, porque se encierran entre las paredes de su mundo privado, por exceso de soledad, que les gusta y si no pues para el caso no hay mucho de donde cambiar.

En todo caso UN CUENTO CHINO es una pelicula realmente genial. Es la primera que me toca ver de Sebastian Borensztein y realmente creo que es un acierto. La comedia no es un género que me fascine del todo, porque por lo general suelen confundirla con reírse como imbéciles de puras tonteras, muchas de las cuales, suelen ser vulgares. En este caso, si bien está rotulada como "comedia", es mejor que eso, diría casi que podría haber sido del género negro o irónico, desolado, amargado. Finalmente como suele ser la literatura o el cine negro, que tiene ese ingrediente preciso en el que la vida privada, atormentada, acabada, amargada del detective o protagonista, es fundamental.
El comienzo de esta película narra la vida solitaria de un argentino en Buenos Aires, que vive y trabaja en función de su ferreteria y de recortar notas curiosas en los diarios locales y del mundo. Vive en la casa de sus padres desde siempre, solo como un dedo y como tal murmurando y gruñendo sobre todas las cosas que en realidad quisiera decirle a los clientes que entran a su ferreteria, pero que  buno, hay que vivir y si bien las buenas costumbres no son lo suyo, al menos, el silencio ayuda.

Lo cómico podría decirse que surge cuando el personaje de Darín, después de la jornada laboral y tras haber cenado, se dedica a recortar notas curiosas de los diarios. Aquí en realidad la película tiene una suerte de semejanza ingenua y tierna, que la hace más entretenida aún, a Amelie. Esa manía que tenía Amelie por arreglarle la vida a los otros, haciendo cosas tales como juntar enamorados, alegrar las ilusiones de los viejos solitarios, etc., En este caso como estamos ante un amargado, gruñon y solitario, las historias recortadas de los diarios cobran vida en pequeños escenas donde siempre el protagonista masculino es Darín y por supuesto, las historias son una más terrible que la otra y concluyen de manera "drástica", pero con el humor suficiente o la malicia apropiada, para que aparezca cómica dentro de lo patético o lo dramático o más bien en lo absurdo.
Después vendrá la aparición del chino en la vida de éste viejo mañoso, que también coopera con una cuota de humor, en el sentido del absurdo (nuevamente) que significa vivir para un solitario, con un desconocido con el cual además, no puede entablar ningún tipo de diálogo, porque uno no habla español y el otro no le hace al chino. La Torre de Babel más o menos.

También está el personaje de Mary la chica enamorada por siempre de Darín, que lo sigue y persigue, pero este más aterrado que otra cosa, retrocede cada vez que ella se pone peligrosamente cerca suyo.
Otra cosa que resulta curiosa es Ricardo Darín, que además de guapo (con los años más y más), se ve un tipo simpático, agradable, como suelen ser los argentinos y en los roles que ha interpretado, de una u otra manera aunque las haga de bueno, malo, medianito, reguleque, siempre hay una poquita cuota de simpatía, una sonrisita poca que más no sea. En cambio en UN CUENTO CHINO, es el Darín más mustio, seco, parco, del mundo y sin embargo, esa misma fomedad facial y coporal, siento que es el meollo del asunto para hacer que la cinta entre el género cómico. Esas personas que totalmente alejadas de serlo, más bien torpes, aburridas, tiesas, inexpresivas, puestas en situaciones absurdas, son los más cómicos sin llamar a la risa fácil, sino más bien, el reírse de todas esas cosas que digamoslo sinceramente, nos provocan escosor, pavor, espanto, como tener a un desconocido viviendo en nuestra casa, pero finalmente somos -por suerte-, meros espectadores.
Totalmente recomendada!!e


SINOPSIS:
Roberto es un veterano de Malvinas solitario, arisco y resentido. Un día se cruza con Jun, un chino que abandonó su país después de sufrir una tragedia y deambula perdido por Buenos Aires en busca de su familia, sin hablar castellano.



CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Título original: Un Cuento Chino, Argentina, 2011
Dirección y Guión: Sebastián Borensztein
Género: Comedia.
Reparto: Ricardo Darín, Muriel Santa Ana, Ignacio Huang, Pablo Seijo, Iván Romanelli, Vivian El jaber.

9 de octubre de 2011

El gato desaparece.

Acostumbrados más bien a un cine íntimo, de actores improvisados, historias sencillas, simples sin descalificar. Mucha desolación, naturaleza, lugares lejanos, donde el ser humano se pierde en la inmensidad del horizonte, a través de sus recuerdos, de la memoria que comienza a fallar, de la vida que está por terminar. Amor a los animales, a las pequeñas y grandes cosas que hacen de la vida, muchas veces, hermosa. Una leve caída cinematografica, para los que no somos amantes puros del fútbol y de la pasión por los persigue pelotas. Nos encontramos en este 2011 con EL GATO DESAPARECE que desde los primeros minutos uno dice ¿Dónde está Sorín?

Una cinta que descoloca porque no es el estilo usual de Sorín, pero finalmente si te gustan las películas de suspenso y sobre todo psicológico, vas cayendo en las redes de esta telaraña en donde los personajes protagonicos: Luis Lucque y Beatriz Spelzini, te van haciendo creer una posible realidad, que en el camino puede que sea cierta, como también todo indicaría que las cosas no son lo que parecen, terminando magistralmente con un END que te deja frío y con la seguridad de que esa noche, no dormiras del todo bien.

En lo personal, no me gusta Luis Luque, siempre he encontrado que no es buen actor, pero el mundo está lleno de personas con opiniones distintas. Los motivos de Sorín para elegirlo en este rol fueron "su capacidad de actuar con caras e intensiones", porque hay que decir que Luque se ha llevado la vida actoral haciendola de loco, borracho y a veces un bondadoso repelente. Pero como esta la llevaba de thriller, entonces sus contadas aptitudes podía expandirlas a placer.
No así con Beatriz Spelzini, que si bien no la he visto más que en teleseries y en alguna que otra serie, la mujer hay que decir que en el desarrollo del film, va lentamente metiendote en el bolsillo de su paranoia. Desde que saca a su marido (Luque) del psiquiatrico donde estuvo  internado, tras un cuadro sicotico, realmente pensé "pero que mujer valiente esta, yo le pido el divorcio y tan amigos como siempre". Creo que ella de ser real su personaje, lo habría hecho. En vez, comenzara a vivir un cuadro alargado y tenso de paranoia no aconsejable para cardiacos. De hecho, creo que la movie para personas excesivamente sensibles y de sueño liviano, no es recomendable verla de noche.

Finalmente y después de todo, Sorín continúa siendo un maestro, ya sea para contar historias mínimas, de perritos preciosos, de señores en la recta final de su existencia, tiene una gracia infinita, una delicadeza y una magia para atrapar al espectador realmente de sacarse varios sombreros. Otro detalle a destacar es la banda sonora a cargo de Nicolás Sorín, de quien sospechamos pueda ser su hijo, muy buena realmente, es la música que acompaña como brazo derecho al personaje de Spelzini, en esta escalofriante existencia junto a un sicótico que no sabemos si ha superado su defectito.
Totalmente recomendada!!


SINOPSIS:

Luis Romero (Luque) es un profesor de historia que sufre un brote psicótico y agrede a un colega. Beatriz, su mujer (Spelzini), lo interna en un neuropsiquiátrico. Tiempo después Luis vuelve a su casa, supuestamente curado, pero Beatriz duda de su salud mental. Sobre todo después de la desaparición de Donatello, el gato.



CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Titulo Original: El Gato Desaparece, Argentina, 2011
Dirección y Guión: Carlos Sorín

Género: Thriller
Duración: 86 minutos
Fotografia: Julian Apezteguia
Música: Nicolás Sorín
Interpretes: Luis Luque, Beatriz Spelzini, Maria Abadi, Norma Argentina