25 de diciembre de 2014

Ordinary People.

Ayer jugábamos con mi sisterna Manucita, a rememorar películas que habíamos visto, en este caso me tocó contarle sobre ORDINARY PEOPLE. En Estados Unidos hubo una época (no sé si la tendrá todavía) en que las cintas eran temáticas: accidentes aéreos; deportistas que sufrían accidentes y quedaban ciegos, inválidos, sordos, mudos; musicales y catarsis familiares. Dentro de ésta última categoría llegó Ordinary People o "Gente como uno", que fue el título con el que yo la conocí. 
Por la data (1980), debo haberla visto en Guadalajara. Mi papá tenía esa característica tan notable, como buen cinefilo, que aguantaba de todo: dramas cebollas, acción, aventura, infantiles, terror, sangrientas, nunca adolescentes (fuera de Vaselina). Además siempre he pensado, que además del placer de llevarnos a ver películas (acompañarlo), aprovechaba de dejarnos bien clarito, algunos temas fundamentales para él. Y como era un viejo comunista, todo lo que fuera poner de manifiesto, lo mierdas, tarados, estúpidos, trancados, que eran los gringos, valía la pena.

Pero como digo, ante todo mi padre era un cinefilo de gran colmillo, por lo que ésta película, además de los premios que ganó en su estreno, cuenta con la confianza de mi papá, ya que la misma historia en otras manos y con otras intensiones podría haber sido un soberano churro, pero contaba con la dirección de Robert Redford y de Donald Shuterland, como su actor principal, que siempre será un gran actor.
Y así fue como hace un chorronal de años, me tocó verla junto a mi papá y esta tarde me la repetí junto a mi sisterna Manucita.

Y creo que pude hacerlo (verla de nuevo), justamente porque si bien recordaba perfectamente la trama (sinopsis) tenía varias nebulosas en cuanto a los actores adultos. Sabía que era de Robert Redford. Que fue la cinta que lanzó al estrellato y se estrelló Timothy Hutton (Conrad). Pero no me acordaba del rol del papá de Conrad (Hutton), menos del psicologo. Sí, en cambio, tenía en la memoria el rostro de la actriz que interpreta a la mamá (Mary Tyler Moore), digamoslo, un ícono de las cebollas cinematográficas norteamericanas, de los 80.

El tema es que aunque mi sisterna Manucita, manifestó que las movies de Redford, tenían un ritmo único y particular, dígase (para ella) lento, a mi me gustó. Realmente me gustó mucho. No sé si será la edad, la falta de padres o que realmente el rollo psicológico familiar me encanta o que la mano directora, intelectual, de denuncia de Redford, me encanta. 
El punto es que me sentí como en casa, mirando a través de la ventana como esta familia, aparentemente perfecta, aburrida y norteamericanamente perfecta, nos permitía descubrirle sus peros, yayitas, imperfecciones y juntos, ir desembrollando la madeja de nudos ciegos arrastrados por siempre jamás. 
Tan tarados, desde el punto de vista de la incapacidad demostrativa física, aunada a la taradez verbal, torpe, avestruz y todo lo que sea sacar al aire sus sentimientos, emociones. Mi sisterna Manucita, tiene la tesis que por eso son tan buenos para la cacha (cama, cojer, acostarse), porque en su tarades, la única posibilidad de abrirse, literalmente, es de piernas y de ahí según gustos: encima, por detrás, a la paraguaya, con otro, otra, etc.,
No sería nada de raro que tenga mucha razón.

Pero volviendo al tema cinefilo que nos convoca, hay que decir que ORDINARY PEOPLE, es una gran, gran, película. Muestra un perfil desconocido de Shuterland, que lo hemos visto de malo, asesino, perverso, mujeriego, pero no de hombre vulnerable, sensible, ojos aguados, sentimental. Timothy Hutton, nació para la lágrima batiente como decía mi papá, pero para este papel, digamos que su característica es explotada magistralmente por Redford, que después no haya podido hacer otra cosa, es otra cosa. También la actriz que interpreta a la mamá de Hutton, es muy buena, condensa a la perfección los defectos de los nacidos y criados en USA.
Nos preguntamos con Manucita, si independiente de estar basada en una novela, no habrá tenido Redford, algún tema personal, familiar, nacional, que tratar en esta movie ¿quién lo sabrá? A lo Paul Newman y "El color del dinero". 
Totalmente recomendada!!!

SINOPSIS:
Conrad acaba de salir del hospital después de haber intentado suicidarse a raíz de la muerte de su hermano en un accidente. Mantiene una relación muy tensa con su madre y vive atormentado por sentimientos de culpa. Aunque visita todas las semanas a un psiquiatra, no se siente a gusto hasta que conoce a una compañera del coro y empiezan a salir juntos.

CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Título original: Ordinary People, Estados Unidos, 1980.
Título en español: Gente como uno.
Dirección: Robert Redford.
Guión: Alvin Sargent, basado en la novela de Judith Guest.
Fotografía: John Bailey
Género: Drama.
Reparto: Donald Sutherland, Mary Tyler Moore, Judd Hirsch, Timothy Hutton, M. Emmet Walsh, Elizabeht Mcgovern.
Premios: 1980: 4 Oscars: mejor pelicula, director, actor secundario (Hutton), guion adaptado.

18 de diciembre de 2014

IMPACTO: el otro golpe de la dictadura.


Pecaré de ignorante pero la verdad, de la verdad, que nunca supe la historia que al Bellas Artes, lo habían atacado con ametralladoras después del golpe militar de septiembre de 1973. Si, que sabía que los militares se caracterizaban por ser unas bestias, más ignorantes que yo, ladrones y por eso que en sus dictaduras, a la cultura la han intentado matar, por todos los medios. 
Por eso es que cuando me enteré que darían este documental y además buscando información al respecto, descubrí de qué se trataba la historia, supe que tenía que verla.

Por conversaciones que escuché cuando más joven, entre mis padres, abuelos y Nemesio Antúnez, sabía de las rapiñas que había sido objeto el Bellas Artes, después del golpe. 
Y el documental IMPACTO: EL OTRO GOLPE DE LA DICTADURA, narra los sucesos de una manera sublime. 
En la más desentrañando un secreto con resultado de muerte, que en este caso, el cuerpo del delito sería el Bellas Artes, contamos con un puñado de testigos claves:
- El fotografo Sergio Berthoud, que fue llamado por Antúnez, después de lo sucedido, para dejar constancia de lo sucedido dentro y fuera del museo.
- La vecina del barrio que tuvo a bien o a espanto, ser espectadora en primera fila, ya que el departamento de sus padres, a quien visitaba ese día, miraba justo frente a frente con el Palacio de Bellas Artes.
- Para terror, la experiencia en vivo, del nochero, la única persona al interior del edificio y que padeció el terror de los disparos indiscriminados. 

Curiosamente como después comentaríamos con el director, existe una extraña nebulosa entre los testigos, sobre el día exacto en el que ocurrieron los hechos, unos dicen el mismo martes 11 de septiembre, otros el sábado 15 y una nota que apareció en el diario La Tercera, con fecha 17 de septiembre de 1073, medidas un tanto curiosas para no dejar ninguna huella al respecto. 
Pero con lo que los militares enviados a dispararle al edificio, no contaban es con esas fotos, que Berthoud, tuvo a bien guardar, casi olvidar. Ocho fotografías claves que cuentan con detalle lo ocurrido. 
Para contar la historia pero que no todo fuera discurso, palabras, palabras, palabras, el director se valió del comic, un recurso que a mi al menos, me pareció de lo más original y entretenido, pese a que hubo un sabelotodo, en la sala, que no tenía la misma opinión. 

En materia de suma de elementos favorables para esta investigación, le daremos gracias a la historia, la suerte o a quien usted quiera, porque a diferencia de el Palacio de gobierno conocido como La Moneda, donde los agujeros huellas del bombardeo, fueron finamente borrados con el paso de los gobiernos de la Concertación, en el Bellas Artes, permanecen intactos. Tanto es así que gracias al estudio de cierta bala que la vecina, guardó, una perita de la PDI, estudiando el edificio y haciendo uso de sus conocimientos, pudo determinar desde qué altura y en qué ubicación estaban los que atacaban al éste edificio de extrema peligrosidad.

Final de cuentas, creo que lo híper meritorio que tiene este documental, además de ser bueno, es contarnos un suceso que quizás pocos sabíamos. Aquello tan terrible que ocurre en la historia de los países que fuimos sometidos por dictaduras, que intentan de todas las formas posibles, apagar la luz de la memoria, de los recuerdos y que confabulados con la prensa, la tarea se les facilita. Pero como diría algún entendido en proverbios; Todo lo hecho bueno o malo se devuelve y la luz llegara a puerto. En este caso la luz serían las fotografías de Berthoud, que cayeron en las manos del curador, Ramón Castillo, a quien se le ocurrió que siguiendo una pista tras otra, se podría contar una historia e impedir así que muera la memoria histórica y patrimonial de la nación. Si les interesa ir a ver el documental, les cuento que lo estarán presentando en el Palacio de Bellas Artes, hasta el 25 de enero.
Totalmente recomendada!!  



SINOPSIS:
Disparos de ametralladoras provenientes de tanques y tanquetas que por razones aún no aclaradas comenzaron a percutir contra el edificio del Museo Nacional de Bellas Artes y su patrimonio, todo ante la mirada atónita de vecinos y testigos, mientras en su interior permanecía un aterrorizado vigilante. A través de testimonios como el de una vecina, un mayordomo, el nochero del museo, más la visión de especialistas del mundo del arte y peritos policiales, la cinta rehace los acontecimientos de una historia inédita. Fueron clave ocho fotografías en blanco y negro que en su minuto tomó Sergio Berthoud por encargo del director del museo en aquel entonces, Nemesio Antúnez: las detonantes de la historia.

CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Título original: Impacto: el otro golpe de la dictadura, Chile, 2014.
Dirección: Manuel Tello
Guión: Manuel Tello, Alejandra Carmona, Ramón Castillo.
Montaje: Christian López.
Música: Miguel Miranda.
Género: Documental.