18 de agosto de 2021

Zapico.


Como singular por decir lo menos, comenzaré adjetivando este comentario a la película española "Zapico" que tuve a bien ver y más si recuerdo que estuve a un pelo de borrarla. Por suerte la edad me ha enseñado que debo aprender a entender mis estados anímicos y cuando estoy "rara", mejor guardar que borrar, dejarlo para un después. Y así sucedió con esta cinta, es que estaba de lluvia el día, sin tener ocupaciones trascendentales, dígase pintada para ver cine. 

Varias veces he escuchado y pensado que España para más mal que bien es la madre patria, profesora guía, casi espiritual de Chile. A pesar de ser muchos los países colonia española, que poseen características arquitectónicas, gastronomía, lengua, dichos, palabra, creo que nosotros somos los que  más le hemos mamado, sobre todo, como ya dije, lo malo, malísimo. Por ejemplo, tuvimos una dictadura, dirigida por un militar, que aunque fueron 17 y no 40 años, ambos además del rango y ocupación, eran igual de ladrones, asesinos, ambiciosos e ignorantes. Y como si no fuera poco, si bien nos salvamos de tener un rey como Juan Carlos and family, no pudimos decir lo mismo respecto a la manera en cómo "transitar hacia la inalcanzable democracia". España jugó a que lo hacía de la mano del PSOE y nosotros con la Concertación. 

De qué va todo este bla,bla? Pues que "Zapico", la película española, que Rafael  Bernases, su director, hiciera en 1996, es una crítica mordaz, aguda, despiadada y muy bien tejida - en modo thriller-, de lo que fue la seudo democracia de Felipe González y cómo éste señor, amigado con el rey Juan Carlos y todos los del PSOE, rapiñaron/saquearon a España a más no poder. Y lo encontraron tan bakán, tan bueno su trabajo de limpieza financiera, social y política, que la dejaron para la inmortalidad o para que algùn tonto lamebotas, lo retomara y llevara a cabo y qué mejor discípulo que Chile, para replicar sobre todo el énfasis en lo de ladrón, pillo, cínico, sobre todo si lo calza un Presidente como  Ricardo Froilan Lagos Escobar, que además cree ser "amigo personal de González", sí cómo no, tanto como con los Matte, Angelini, Lucsik y todo empresario poderoso que utilizó a Lagos en su beneficio. Entonces si te tomas la molestia de revisar uno y otro gobierno, encontrarás tantas semejanzas, parecidos, similitudes, en el sistema de educación, de pruebas de selección, en el sistema de salud, de vivienda y urbanismo, tanto, tanto parecido que solo las zetas resolverán el misterio del maestro y el pupilo.

Asunto es que en "Zapico", vestida como película género negro, llena de matices sobre la corrupción, amiguismos, partidos políticos, presidentes que deciden quien vive (dedo arriba)  y quien debe morir (dedo abajo) irá contando la historia de un detective privado con dos casos simultáneos a la vez y los sucesos históricos del momento. 

Este detective, que alguna vez fue del cuerpo policial, pero como era honesto  y no quiso ensuciarse las manos, menos delatar, lo expulsaron. Luis Durán, es su  nombre de pila. Un hombre que viene de vuelta, que iluso creyó que después de la muerte de Franco, algo podía cambiar en España y trabajó duramente para ello como policia, desnudando asesinos, corruptos y ladrones, para meterlos presos. Pero como no quiso cuadrarse ante el modus operandi, más de una vez, recibió golpes en espera de un nombre que jamás pronunció. 

Es así como haciendo del alcohol, los cigarros y su trabajo, su estilo de vida y convertido en un hombre solitario, habitando un enorme departamento de cuando estaba casado con la mujer que lo abandonó por poder, dedica el tiempo a resolver enigmas de personas desaparecidas que son buscadas por sus seres queridos o atrapar ladrones con la masa en las manos y a enfrentar tantos problemas como cabos sueltos y más de un golpe y quebradura de huesos. 

En ese contexto y junto a su modesto equipo de la oficina de detectives: su socio, la secretaria y él, un día llega una mujer solicitando busquen a su padre, además de una caja por correo de mano, que contiene mucho dinero y una carta donde ¿alguien? solicita encuentren a los asesinos de un conocido político. El olfato del detective Durán, rápidamente lo llevará a meter su alargada y puntiaguda nariz, en las fauces del poder ejecutivo y judicial, reencontrarse con compañeros de vida y trabajo, uno que otro amigo, también un viejo amor, y la certeza que aquello que descubra, no traerá nada bueno para él.

Sin contarles el final, lxs expertos en el género negro, sabrán que el protagonista nunca sale bien parado, podrá sobrevivir, pero más desesperanzado que cuando todo comenzó. Aquí lo que le da la nota "curiosa" y me decidió a comentar, es que inventando un poco, acomodando algo y sacando nombres de pila, más no así los rostros de seres reales, como el del entonces Presidentes de España, Felipe González, el director de la cinta, Rafael Bernases, utiliza a "Zapico", para escupir toda la mierda que para él fue ese presidente y manifestar la tesis de la cinta: "Zapico: felipismo última fase franquismo" ¿Entienden? El que no lo haga, es porque le quedó el saco o quizás es muy joven. Lxs que sí entendimos y además en modo chileno, lo vivimos, digamos que esta cinta cobrará un valor inconmensurable, que a veces repugna. En lo personal considero que saber tanto, estar tan enterado, tener información con tanto detalle, de todo, es bueno, siempre la verdad por sobre todo, pero también es agobiante cuando rara vez viene acompañada de verdad, justicia y cárcel para esta gentuza que nos ha metido la mano por salva sea la parte, toda la vida. 


DELANTE Y ATRÁS DE CÁMARA.

Mis honores, casi reverenciales para Joaquín Hinojosa, gran actor, gran personaje el que encarna como Luis Durán, la apariencia de un hombre sin esperanzas, alcohólico, que fuma como queriendo morirse. Creo que en la vida real, debe ser de izquierda, porque hacer esta peli y salir al mundo, solo es de valientes. Por ahí leí que era cercano a Saura, que actuó en algunas de sus cintas. Es un hombre interesante, de esos atractivos pero por lo desarmado de cara (jajajaj), más que por abiertamente guapo. En lo personal y a esta altura de mi vida, creo que es mucho mejor pasar por interesante que "por lindo(a)" ¿no lo creen? A los 23 años se inicia en el mundo de la actuación y la verdad, mirando fotos suyas, debo decir que era tremendo de atractivo: alto, delgado, con esa nariz grande y amurallada, de las que nacen desde la frente, con un tabique delgado como afilado y de boca más bien pequeña pero chueca, aunque de labios gruesos. Lo de la boca chueca no sé si será tal o más bien el efecto ¿nariz a lo Modigliani? ¿Han visto los rostros en los cuadros de Modigliani? Háganlo y hablamos. Pero final de cuentas una gran caracterización, sumado a que debió ser todo un desafió el rol y la cinta, porque el estreno fue en 1996 cuando todavía estaba saqueando al país, desde el sillón presidencial, Felipe González.  

Gracias eternas a la genial idea/guión y qué decir dirección de Rafael Bernases, por esta gran, gran, película y a la TV cable por pasarla (señal A3películas). Busqué información sobre Bernases y como suele suceder con los grandes, ésta fue su debut y despedida. Lo que no quita que sigo investigando sobre él, porque es un misterio ¿Cómo es posible que no hiciera más cine, documentales, series? ¿Qué pasó con él? ¿estará vivo? No lo sé, aún. 

Otro detalle no menor, es la música o soundtrack como le dicen. Digamos las cosas por su nombre, esta cinta desde muchos puntos de vista, es una historia triste. Está llena de sueños, anhelos inalcanzables, para muchas personas, en distintos momentos temporales, epocales y países, porque en lo personal creo que Cuba es la nación que logró alcanzar sus sueños y qué digan misa los fachos.  

La encontré triste y al mismo tiempo tan buena que no pude dejar de verla y aunque soy menor que el director y los actores, la historia me caló hondo como idea, como chilena, que algo de la dictadura de Pinochet me tocó padecer (viví el exilio de mis padres en México) y de la transición a la democracia, en la que nos empantanamos por más de 30 años, porque nunca hubo justicia verdad y cárcel para lxs violadores a los derechos humanos. 

Es por ello que en materias de séptimo arte, creo/siento, que ese desencanto, el tono gris de la historia, esa melancolía y/o profunda tristeza, que atraviesa al protagonista y a muchos de los otros personajes, Bernases, supo manejar con gran inteligencia, eligiendo a Juan Miguel Mongica, para que compusiera la banda sonora que suena a lo largo de los cien minutos de la cinta. A mi me encantan las bandas sonoras, ya sea de series, películas, programas de TV, siempre tengo el oído puesto en ellas y muchas veces las he grabado como bien puedo o bien buscado y descargado, de hecho, casi el 90% de la música con la que salgo al mundo o que escucho en casa, está basada en ellas. Soy de esas personas que más que música clásica (jajaja) escucho temas de cine. Sobre todo las que son solo melodías. Melodías capaces de trasportar mente, ideas y hasta a uno mismo desde la historia/película hasta lo que la vida te lleve, quizás hasta a un viaje sin destino, ni retorno. 

Los acordes de Mogica me suenan a "tristeza bañada de nostalgia, de lo que  pudo ser y no queda nada", que van acomodándose a los momentos de clímax, aunque no hayan sido compuestos precisamente para levantar el ánimo ni del protagonista, el resto del reparto, menos para el espectador, sino más bien para remarcar, constatar de manera sonoro/poética, que lo malo siempre puede ser peor y sin embargo, escuchando ese sonido pareciera que no podría o ser tan mala la cosa. En lo personal sentí que la música resonaba como desde el cielo (no el santo) sino que desde el ambiente, el aire, el universo, todo lo que nos rodea, estremeciendo oídos, vista, sensaciones, evocaciones de sueños, anhelos, como protegiéndote de una caída que más que tortazo sea, un leve porrazo. 

Final de cuentas, me contenta haberla visto y compartirla con  ustedes. Salud por ello!!!

SINOPSIS:

España, años 80. La dictadura ha finalizado, y los años de la Transición finalizan con la presidencia de la izquierda y las políticas progresistas. Luis Durán, un ex policía que fue expulsado del cuerpo, trabaja como detective privado. Tiene dos trabajos: encontrar a un hombre perdido y una petición anónima de resolver la misteriosa muerte de un empresario. Ambos le llevarán a descubrir un peligroso plan en el que la corrupción política está muy presente y una manera de vengarse. 
 
FICHA TÉCNICA:
Título original: Zapico, España, 1996.
Guión y dirección: Rafael Bernases.
Duración: 100 minutos.
Género: Thriller, policial.
Música: Juan Miguel Mogica.
Fotografía: César Hernando. 
Reparto: Joaquín Hinojosa, Chete Lera, Ángel Alcázar, Patricia Adriani, Damián Velasco, Gabriel Garbisu, Mario Martín, Inés Moralese, Susi Sánchez.

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