18 de marzo de 2013

Infancia Clandestina.

Al director de INFANCIA CLANDESTINA, lo vinimos a conocer mi sisterna Manucita y yo a través de sus documentales: Aparecidos hijos del dolor, nietos de la esperanza (2004) y Nietos (identidad y memoria) (2004), los cuales además de tocar temas fundamentales en la historia reciente Argentina, no sabiamos que tenían un por qué hiper claro: el hermano menor de Ávila fue arrebatado el mismo día que su mamá se convierte en detenida desaparecida. Y seguramente a raíz de que hecho es que surgen esos documentales y realzar el trabajo de Las Abuelas de Mayo, ya que el hermanito se convertiría en el primer nieto recuperado.

La temática es ofensivamente definida como "drama - dictadura argentina", es decir en versión documental o ficción, trata sobre las violaciones a los derechos humanos cometidos en los diversos periodos dictatoriales en Argentina. En este caso en particular la historia se centra en una familia, que residentes en Cuba, los padres deciden volver a su país para continuar el trabajo de guerrilla y derrocar la dictadura imperante. Cambian identidades, profesiones, historia, hasta día de cumpleaños. Se trasladan a vivir alguna ciudad de Argentina y a través de la chapa de una fábrica de maní con chocolate los papás pueden mover armas, militantes y hacer reuniones de cuadro. Mientras Juan o Ernesto, el hijo mayor, va a la escuela y trata de hacer su vida lo más natural posible.

Hay que decir que obviamente la película se la roba Juan o Ernesto (Teo Gutiérrez) el niño protagonista, no solo por el hecho de serlo, sino porque lamentablemente el reparto adulto es malo, malo, malo, las emociones ya sean de alegría o tristeza, nunca fueron fáciles para Natalia Oreiro, encantadora, hermosa, simpática a rabiar, pero si no la ponen en una tira cómica o semi drama, su aparición resulta exagerada, trillada, cliché, desesperante. Lo mismo pasa con el personaje del papá, el actor uruguayo César Troncoso, que fuera de tener la apariencia de la época: pelo negro y tieso, cara cuadrada y anteojos de marco negro tosco, no nos aporta mucho más. Ernesto Alterio, (el Tio Beto), que tampoco es una joya de la actuación, pero igual que Oreiro es hermoso, encantador, simpático, logra contrarrestar la falta de actuaciones adultas y en el vínculo que crea con Juan o Ernesto, se come a los espectadores. Cristina Benegas, que interpreta a la abuela de los niños, en cambio, con su brevisima aparición, roba cámara, sentimientos, saca todas las lágrimas que no habíamos podido lanzar y le da piso a la historia.

Pese a ese detallito de las actuaciones adultas, la historia se equilibra y aguanta, porque Juan o Ernesto es realmente un niño de 12 años que mira el mundo y se desenvuelve, en la medida de las posibilidades que su edad le entrega. Tal y como lo haría uno en ese momento de la vida y con ese nivel de entendimiento y de vida transcurrida. Como es el hijo mayor de una u otra manera, lo hacen vincularse con esto de la guerrilla, de las armas, los escondites, donde está el dinero por si las moscas y es por eso que uno piensa todo el tiempo ¿cómo es posible que le den esa vida? En fin, esas discusiones históricas que ahora uno hace, de qué era mejor ¿dejarlos en Cuba o traérselos y hacer la revolución con ellos?, en eso el personaje de Ernesto Alterio es más sabio y declara abiertamente que mientras la situación se mantenga así, él no tendrá hijos ni familia. Quizás en el fondo, ninguno de los revolucionarios del mundo, estaba demasiado seguro de conseguir alcanzar la revolución idilica, para entregarle a los hijos el mundo perfecto por el que luchaban y por eso, nacían y vivían antes de alcanzar el objetivo. Pese a que así, estos chicos vivieran experiencias tan dramáticas en edades tan equivocas.

Porque cuando los papás encuentran absurdo que Juan o Ernesto quiera celebrar su cumpleaños, fecha que ellos inventaron en su pasaporte, uno piensa "oye, pero segurito que tú antes de ser revolucionario tuviste una vida infantil normal, tranquila, con juguetes, cumpleaños y después vino esto, entonces por qué negarle a los chicos eso mismo". En cambio se les exigía tener conciencia revolucionaria, pese a tener 12 o meses de vida", pero en fin, con estos temas podriamos amanecernos debatiendo al respecto.
Y quizás son esas cosas, esos detalles, esas sensaciones, las que te atrapan en INFANCIA CLANDESTINA, la mirada de Juan o Ernesto de ese mundo, el mundo de sus padres y esa incapacidad de reaccionar o quizás el miedo que impide hacerlo. Sumado a la responsabilidad no menor de tener que hacerte cargo de tu hermanita bebé si llegara a pasar algo.
Como que uno, yo al menos, no dejé un instánte de ponerme en los zapatos de Juan o Ernesto, siempre la mirada infantil de todos estos tremendos hechos históricos, con el corazón apretado, con la respiración entrecortada, con las lágrimas a punto de reventar. Y por suerte, para las escenas más terribles, aquellas que casi es mejor no entrar en detalles porque ya sabemos como van a ser, la solución de Ávila de narrarlas a través del comic fue realmente un elemento que se agradece.
Mis sinceros respetos para Benjamin Ávila, por esta película, por el buen ojo de encontrar a Juan o Ernesto (Teo Gutiérrez), por contar esta historia tan terrible, que mucho tiene de suya y quizás también otro poco de licencias poéticas.
Totalmente recomendada!!

SINOPSIS:
Después de vivir en el exilio, Juan, un niño de doce años, regresa con su familia al país, donde todavía ocupa el poder el régimen militar que les obligó a huir. Aunque es testigo de la actitud combativa de sus padres, intenta llevar una vida normal, en la que el colegio, las fiestas, las acampadas, las bromas y las risas con mamá también tienen su lugar. El principal apoyo del niño es su querido tío Beto (Ernesto Alterio) quien, al contrario que su padre, entiende que los ideales y la lucha no están reñidos con las ganas de vivir. El mundo de Juan se transforma cuando se enamora de una compañera de colegio. Lo malo es que sus padres se oponen a esa relación.

CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Título original: Infancia Clandestina, Argentina, 2011
Dirección: Benjamin Ávila
Guión: Benjamin Ávila, Marcelo Müller
Música: Marta Roca Alonso, Pedro Onetto
Fotografía: Iván Gierasinchuk
Reparto: Teo Gutiérrez Moreno, Ernesto Alterio, Natalia Oreiro, César Troncoso, Cristina Banegas, Violeta Palukas.
Premios: 2012: Premio Goya Nominada a Mejor pelicula hispanoamericana
2012: 10 Premios Sur: incluyendo mejor película, director, actriz (Oreiro) y actor (Alterio)
Género: Drama

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