¿Por qué será que las más y mejores historias tienen que terminar?
Aquellas que nos dejan con la lengua fuera, con el corazón en la mano, con el corazón latiendo aceleradamente, con una sensación de dolor, de apretuje del alma, el estómago. Con una pena, una gran pena, que al comenzar a desgranar los motivos, descubres que es porque el fin de aquello que te dió tanto placer, está llegando.
Pareciera la introducción de una historia de amor, de una que terminó. En todo caso para mí, es una historia de amor, de las buenas, de las que te paralojisan, de las que te dejan tan perturbado que la única salida que encuentras es escribir sobre ello.
Segunda o tercera temporada, ya no lo recuerdo más, estos málditos dueños de la TV por cable, que deciden a placer cuándo nos entregan más y más temporadas me tienen loca. Pero sea la numeración que lleve, hoy terminé de ver INSPECTOR GEORGE GENTLY, una de las series inglesas que más suspiros me han provocado, que más atenta me han dejado, más triste, turbada, enrollada, entristecida. Creo que tan solo comparable con Inspector Morse. Ingleses ambos, inspector jefe los dos, uno más mayor que el otro y yo más enamorada del segundo !al fin un segundo! Pero finalmente ese maldito lastre que arrastran los mortales que todo, todo, absolutamente todo tiene un fin. Máldita sea toda la vida, por qué, por qué, por qué, tanto mejor que sería todo si existiera el infinito como forma de vida.
Hace algún tiempo, teporada anterior, sepa que número, ya les había comentado de ella, de INSPECTOR GEORGE GENTLY, porque todas las temporadas son increíbles, los capitulos tan bien hechos, tan reales, lamentables en retratar de manera brillante lo malos que somos lso seres humanos entre nostoros mismos, con la sociedad, el projimo. Y aquí nuevamente estoy echa trizas por una temporada que se va y aquí me quedo con chorrocientas sensaciones varias, de cada uno de los capítulos presentados esta vez: Soul suavemente del Norte, que habla sobre el racismo y donde el Sargento Bacchus, que trabaja bajo las ordenes de Gently tendrá que aprender más de una lección; Cuidado con la clase, los más nice de la alta sociedad no quieren que la chusma se cruce tras el portal de su puerta y para lograrlo pasaran cosas terribles; The Lost Child, un capítulo realmente estremecedor sobre el tema de las mujeres que se quedan esperando a los novios que van a la guerra y qué podría pasar con ellas si quedan esperando guagua y la familia no está dispuesta a esperar que el novio llegue vivo de la guerra. Y por ultimo Gently en la Catedral, donde no nos quedan muchas esperanzas de que este sea tan solo un fin de temporada y próximamente tengamos más material para sufrir y gozar con las series inglesas de la BBC que casi siempre son excelentes.
Nada más absolutamente encantador que George Gently, con sus canas, su edad, caballerocidad (mamá mía algún día diría esto) y la inteligencia que da la edad. Y qué decir de John Bacchus, el Sargento que lo acompaña, con esa pinta tan 60 que casi más que Sargento de polícia parece un The Beatles. También muy guapo el hombre. Martin Shaw (George Gently) y Lee Igleby (John Bacchus). Grandes actores, encantadores, simpáticos y en fin, cualquier cosa que pudiera decir, después de todo este rato palabreando para disminuir el sofoco que produce el final de lo bueno, me retiro. Por suerte averigüe y pese al desconsolador final, esta historia en capítulos continuará.....
Aquellas que nos dejan con la lengua fuera, con el corazón en la mano, con el corazón latiendo aceleradamente, con una sensación de dolor, de apretuje del alma, el estómago. Con una pena, una gran pena, que al comenzar a desgranar los motivos, descubres que es porque el fin de aquello que te dió tanto placer, está llegando.
Pareciera la introducción de una historia de amor, de una que terminó. En todo caso para mí, es una historia de amor, de las buenas, de las que te paralojisan, de las que te dejan tan perturbado que la única salida que encuentras es escribir sobre ello.
Segunda o tercera temporada, ya no lo recuerdo más, estos málditos dueños de la TV por cable, que deciden a placer cuándo nos entregan más y más temporadas me tienen loca. Pero sea la numeración que lleve, hoy terminé de ver INSPECTOR GEORGE GENTLY, una de las series inglesas que más suspiros me han provocado, que más atenta me han dejado, más triste, turbada, enrollada, entristecida. Creo que tan solo comparable con Inspector Morse. Ingleses ambos, inspector jefe los dos, uno más mayor que el otro y yo más enamorada del segundo !al fin un segundo! Pero finalmente ese maldito lastre que arrastran los mortales que todo, todo, absolutamente todo tiene un fin. Máldita sea toda la vida, por qué, por qué, por qué, tanto mejor que sería todo si existiera el infinito como forma de vida.
Hace algún tiempo, teporada anterior, sepa que número, ya les había comentado de ella, de INSPECTOR GEORGE GENTLY, porque todas las temporadas son increíbles, los capitulos tan bien hechos, tan reales, lamentables en retratar de manera brillante lo malos que somos lso seres humanos entre nostoros mismos, con la sociedad, el projimo. Y aquí nuevamente estoy echa trizas por una temporada que se va y aquí me quedo con chorrocientas sensaciones varias, de cada uno de los capítulos presentados esta vez: Soul suavemente del Norte, que habla sobre el racismo y donde el Sargento Bacchus, que trabaja bajo las ordenes de Gently tendrá que aprender más de una lección; Cuidado con la clase, los más nice de la alta sociedad no quieren que la chusma se cruce tras el portal de su puerta y para lograrlo pasaran cosas terribles; The Lost Child, un capítulo realmente estremecedor sobre el tema de las mujeres que se quedan esperando a los novios que van a la guerra y qué podría pasar con ellas si quedan esperando guagua y la familia no está dispuesta a esperar que el novio llegue vivo de la guerra. Y por ultimo Gently en la Catedral, donde no nos quedan muchas esperanzas de que este sea tan solo un fin de temporada y próximamente tengamos más material para sufrir y gozar con las series inglesas de la BBC que casi siempre son excelentes.
Nada más absolutamente encantador que George Gently, con sus canas, su edad, caballerocidad (mamá mía algún día diría esto) y la inteligencia que da la edad. Y qué decir de John Bacchus, el Sargento que lo acompaña, con esa pinta tan 60 que casi más que Sargento de polícia parece un The Beatles. También muy guapo el hombre. Martin Shaw (George Gently) y Lee Igleby (John Bacchus). Grandes actores, encantadores, simpáticos y en fin, cualquier cosa que pudiera decir, después de todo este rato palabreando para disminuir el sofoco que produce el final de lo bueno, me retiro. Por suerte averigüe y pese al desconsolador final, esta historia en capítulos continuará.....
1 comentario:
Hola, comparto plenamente tus palabras, yo amo es serie, lástima que sus temporadas son tan cortas, pero leí hace unos días que la BBC anunció una sexta o séptima (ya no recuerdo) temporada con tres capítulos más, ahora sólo nos queda esperar.
Un saludo cordial!!!
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