14 de junio de 2016

Anno 1790

A ANNO 1790 llegué nuevamente en mi búsqueda incanzable por historias de misterio y la sorpresa no fue menor, cuando descubrí que aunque vestidos al más puro estilo francés, con pelucas espolvoreadas en talco, máscaras para el rostro del mismo material, aquellos pantalones cortos y después las medias blancas, con esos zapatitos tan de damita, pese al frío y era nada menos que la vestimenta masculina, de lo más inn de la sociedad afrancesada, pese a que la historia ocurre nada menos que en la fría  y siempre - al parecer-, Suecia.

Es en medio de un invierno que no se decide a concluir, que surge nuestro príncipe azul, Joahn Gustav Daadh, quién es la personificación humana de la bondad, dignidad, justicia y quien bajo las dotes de doctor, asume el cargo de comisario de Estocolmo, capital sueca, para salvar a los fieles vasallos de la corona francesa, de la maldad, lumpenaje (pobres), envidia, muertes, etc., y en tanta maldad tenía que existir un rayo de luz para el espectador y de paso para el propio Daadh. Y eso lo logra, nada menos que la esposa del gobernador, quien lo ha nombrado inspector de Estado y comisario. 

Es así como Daadh, desentrañara las marañas varias que habitan la ciudad, atrapara asesinos furtivos, mezquinos, malvados e intentará dar paz y justicia a ese lugar, aunque las más de las veces sus intensiones toparan con su jefe y Gobernador, quién en realidad no es precisamente un hombre justo, digamos que sí un hombre inteligente, pero sus principios están demasiado a merced de la corona francesa. Sin embargo, cuando creamos que todo está perdido para nuestro protagonista y sus ilusiones, ocurrirá algo que hará del gobernador y el comisario, los más cómplices por siempre jamás.  

Esto que les cuento de ANNO 1790, no es una película, si no que una serie de misterio sueca y de hecho, hay un capítulo que realmente me llamó mucho la atención, donde la sobrina del gobernador y ahijada de su mujer, llega a pasar unos días a la capital y cuando toma confianza con la madrina, le confiesa que fue violada y debe solucionar ese tema, llamado embarazo. Y la solución que ella busca, es nada menos que el aborto, para así poder contraer nupcisas con su prometido. Y es justamente su madrina, quien antes de casarse, dedicaba su tiempo a la enfermería, quien le realizará un aborto, que será supervisado por Daadh, lo que los unirá en tremendo secreto un poquito más. Obviamente que en esa época eso era pecado (no hemos avanzado nada), de saberse tres cabezas serían despegadas de sus cuerpos.  
Otro detalle que produjo me gustara tanto esta serie, fue cierta situación hasta el momento no muy aclarada, entre Daadh y su mejor amigo Freud, con quien comparte casa. Freud, es un aparente Don nadie, que tiene a su bien contar con la amistad de Daadh que es un gran hombre, que no juzga las debilidades humanas, ya que él también tiene las suyas y la de Freud, vendría siendo empinar el codo (tomar) más de lo necesario. Es así como al reencontrarse los amigos, el comisario le ofrece alojamiento en su casa y después le consigue trabajo como profesor de letras, con los hijos de su amada. Porque eso sí, toda alma atormentada tiene que ser literato o vivir de las letras como Freud. Y tengo la sospecha clara que la admiración, protección y cuidados, que el profesor de literatura profesa por el médico, no son sentimientos simplemente de amistad, si no que alguien no ha querido abrir la puerta de su clóset y saltar a la vida o tal vez, no se atreve o teme perder demasiado.

Por lo mismo y dado los tiempos que corren, el amor de Freud a por Daadh y de éste a por la mujer de su jefe, serán temas de sufrimiento más que de goce. Porque no sería bien visto ante la sociedad sueca, que un matrimonio se deshaga para que ella se quede con el doctor y comisario del pueblo, dejando de lado al gobernador o que el comisario inicie una relación amorosa con su eterno y fiel mejor amigo. Ya que actos de esa magnitud son calificados como deslealtad, pecado, traición e inmoralidad y todos estos epítetos, se pagan con la pérdida de la cabeza. 
Fue curioso encontrarse con esta serie sueca polícial, más que nada por el detalle no menor, de ocurrir en 1790, en lo que nos enseñaron en el colegio como "El siglo de las luces". Y que es una oda y despedida a la corona francesa y el despertar de la justicia, libertad y dignidad de los oprimidos. Lo curioso es que el escenario de acción sea Suecia y no Francia, aunque lleven las mismas pelucas y los mismos trajes incómodos y abundantes.
La serie la trasmite la señal Europa Europa (Vtr 401). 
Totalmente recomendado!!


SINOPSIS:
El personaje principal es Johan Gustav Dåådh (Peter Eggers) un médico del antiguo ejército de la guerra ruso-sueca (1788-1790), ahora inspector criminal en Estocolmo. Está inspirada en la Revolución Francesa y las nuevas ideas de su tiempo. Él es un ateo, un firme partidario del republicanismo y ha abrazado la filosofía de libre pensamiento de Voltaire. También ha caído en el amor con la esposa de su jefe Magdalena Walhstedt oficial. Dåådh Magdalena y ambos comparten la misma visión del mundo y esto les lleva a una relación romántica. Dåådh lucha por cambiar el mundo actual, mientras que influyen en sus amigos revolucionarios que se abstengan de la violencia y la lucha armada.

CALIFICACION:

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FICHA TECNICA:
Título original: Anno 1790 (TV Series), Suecia, 2011
Dirección: Levan Akin, Rickard Petrelius, Kristina Humle
Guión: Jonas Frykberg, Alex Haridi, Sara Heldt
Fotografía: Geir Hartly Andreassen, Jan Jonaeus
Reparto: Peter Eggers, Joel Spira, Linda Zilliacus, Johan H:son Kjellgren, Richard Turpin, Irma von Platen, Noel Sandell, Felicia Truedsson, Sara Turpin, Philip Panov, Ann-Sofie Nurmi, Happy Jankell, Emma Mehonic

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