Qué difícil es hablar/comentar, sobre un documental tan potente, pero también por otro lado, no hacerlo, es convertirse en cómplice de todas esas mierdas humanas, que ponen el silencio, la mentira, el ocultamiento y la negación, por delante de todo. Pero lo hice y quiero contar que es un documental que está en la parrilla programática de Netflix, para que no lo dejen de ver.
Asunto es que decidí verlo un domingo en la mañana, mientras desayunaba, a los pocos minutos el alimento dejó de entrar porque las lágrimas eran tan potentes como el deseo profundo de llorar. Llorar por ellxs, por su infinita lucha, por la injusticia, por mi vida, por la de mi país, que calcado como seguramente Pinochet quiso hacer de Chile a semejanza de España. Porque al igual que el país ibérico, Chile no ha encontrado el camino para convertirse en un país honorable, ya que cimentó el advenimiento a la democracia, con olvido, no reparación, no justicia. Y como sabiamente dicen las, les, los, familiares de lxs detenidxs desaparecidxs, ejecutadxs, torturadxs, prisionerxs políticxs, no se puede avanzar sin antes no existe verdad, justicia y reparación. Y lamentablemente sin esos elementos claves, tanto España como Chile viven en un sopor de mierda, neoliberalismo, individualismo, egoísmo, en el que avanzarán económicamente pero eso nos hace cada día más infelices a lxs que no somxs millonarios y a los que sí, deben guardar sus tesoros en baúles, bancos extranjeros, porque el temor a que se los roben, los maten, les persigue como cobardes y ladrones que son.
Asunto que El silencio de otros, por un lado fue muy terrible verlo, triste, desolador, para colmo soy de ese porcentaje de la población que últimamente vive "pensando mal y acertando". Entonces las pocas luces en el horizonte que estxs víctimas de la dictadura de Franco, vivieron en estos seis años que dura el documental, no podía dejar de pensar "en cualquier momento se cerrarán puertas y esperanzas". Porque los militares y jueces españoles, son tan mierdas y tan cobardes, asesinos y tienen tanta cola que les pisen, que ayudados/resguardados por los otros mierdas del PSOE y del PP, han podido vivir inmersos en la impunidad, sin admitir que en 40 años de dictadura, evidentemente que tienen que haber detenido, aprisionado, torturado, asesinado y desaparecido a miles y miles de ciudadanas y ciudadanos españoles. Igual que en Chile que los milicos culiados, fueron protegidos por la Concertación de personas militantes de partidos políticos, que no estuvieron, en su mayoría durante los 17 años de dictadura y que una vez arribados, pasaron por el trabajo de todxs lxs familiares de las, les, los, víctimas y cimentaron su "democracia", en la misma impunidad que papá Franco le enseño a su cara de burro mandibula de mula Pinochet.
Entonces fue duro conocer profundamente la impunidad en la que vive España desde 1936 que asume Franco como dictador/gobernante y después ir descubriendo como secretos en un baúl, las horrendas semejanzas entre el país ibérico y Chile. Puras semejanzas que mejor sería pasar de ellas, porque evidentemente solo acrecientan la desesperanza. Por suerte de males, será porque no tengo ningún pariente, desaparecido, que lxs familiares, amigos, víctimas de la dictadura de Pinochet, son más fuertes, perseverantes que yo y como en España, aquí también han dado la pelea durante la dictadura y desde 1988 en adelante. Entonces dentro de la tristeza profunda, la desolación, las lágrimas, una va viendo una sola luz posible en el camino, que pese a todas las horribles atrocidades, estoy de su lado, pertenezco a la población que se estremece, solidariza y lucha exigiendo verdad, justicia y reparación para las, les, los víctimas de la dictadura de Pinochet.
De todas formas y centrándonos en el documental, producido por El Deseo, la productora de Almodovar, hay que decir que otra cosa es ser y vivir en España, porque dentro de todo el fascismo del que fuimos objeto durante la dictadura y el neoliberalismo/individualista/capitalista, que heredaron con placer las mierdas de la Concertación, al menos, nosotrxs no vivíamos en un país y ciudades, donde todas sus calles nos recordaran a Pinochet, Lucia, los miembros de la junta militar. La calle Jaime Guzmán, fue reducida a una, no hay calle con nombre del mandíbula de mula, Pinochet ni de su señora. Y logramos, aunque a veces pienso que con el alzhaimer de este país, sería mejor no olvidar tanto, que la avenida 11 de septiembre le cambiaran el nombre a Nueva Providencia, como antiguamente se llamaba.
Asunto es que si tiene oportunidad de ver este estremecedor documental, que puede hacerlo a través de Netflix, sección documentales, no lo deje pasar de largo, como sabe es triste hasta las lágrimas y si vive en el país que cabe en una tortilla y es nacido y criado, no podrá dejar de sorprenderse sobre los parecidos, que para sorpresa, no son nada alentadores. Quedan en la memoria, cada uno de los relatos de sus existencias bajo detención, tortura, la de las señoras adultas mayores que pasaron toda la vida, esperando el derecho a enterrar a su madre una y su padre la otra y donde la primera murió sin lograrlo, heredándole el legado a su hija. Totalmente recomendado!!
SINOPSIS:El silencio de otros, revela la lucha silenciada de las víctimas del largo régimen del General Franco, que continúan buscando justicia hasta nuestros días. Filmado a lo largo de seis años, la película sigue a las víctimas y los supervivientes del régimen franquista, a medida que organizan la denominada "querella argentina" y confrontan un "pacto del olvido" sobre los crímenes que padecieron.
CALIFICACIÓN:
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FICHA TÉCNICA:
Título original: El silencio de otros, España, 2018.
Dirección y guión: Almudena Carracedo y Robert Bahar.
Música: Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman.
Fotografía: Almudena Carracedo.
Género: Documental posguerra española.
Producción: El deseo - Pedro Almodovar.
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