Hace días atrás mi sisterna Manucita, a raíz de mi
increíble hallazgo de las cintas sobre Inspector Maigret, en TV5Monde, que al igual
que otros, pediré asilo para vivir en Francia, porque aunque a veces, seguido,
apestan, en versión programación televisiva y cine, pucha caí que se las traen.
El asunto es que mi sisterna, encontró el documental “Un
francais nomme Gabin”, que cuenta la vida, obra y parabienes, de nuestro ilustrísimo
y querido actor, Jean Gabin. Harto del documental me contó y pese a todo, como
ya estaba sintonizada al son de lo antigüito, me latió tanto, tantísimo verlo
con mis propios sensores, que lo busqué, grabé y aquí estoy ¿Qué? Contándoselos.
Sobre el documental.
Jean Moncorgé, como nació llamándose, Jean Gabin, no
quería ser actor, como su padre, ni del espectáculo como su madre, para sí
quería una vida más tranquila, normal, como ser ovejero o a lo más manejar una
locomotora. Pero por darle gusto al padre, participo en un musical y le
encantó, además de causar sensación y el placer de poder contemplar a todas las
chiquillas hermosas que sin pudor, mostraban, lo que en esa época, se podía
ver.
No deja de ser curioso que un hombre como Gabin,
comenzara en los musicales. Le enseñaron a cantar, a moverse, comportarse en el
escenario de obras para bailar y cantar. Y al poco tiempo, parecía que había
nacido para eso. Fueron años en esas lides, de hecho, con la fama que le precedía,
ya que además de guapo, era encantador, encarnaba al francés tipo y le sumaba
la gracia para el canto y el baile, fue así que decidieron fuera el primero que
cinematografiara el teatro de los musicales. En una entrevista que le hicieron,
decía encontrarse horrendo, que no tenia gracia, que era torpe, que los
defectos físicos como su enorme nariz, eran los únicos detalles que relucían.
Evidentemente no tenía experiencia en el séptimo arte, porque pese a sus críticas,
nuevamente tuvo un éxito arrollador y de ahí en más no paró.
Comenzaría lentamente a dejar atrás el canto y baile
por los dramas. Como además de buen actor, era guapo y tenía buen porte, fue
protagonista de muchas de las cintas que realizó. Tenía el mal de los actores,
que después del rodaje, intensas escenas con sus coprotagonistas y compañeros
de set, terminaba casándose con las chicas y amigos por siempre con los otros. Así
es como el listado de amores, fugaces, largos, eternos, efímeros, es casi tan
extenso como la de las 98 películas que logró hacer durante su carrera. Algunos
dicen que en realidad son 100. Buscando y buscando, encontré´98, pongamos que
hay dos que no fueron valoradas y sí eliminadas.
Pero volviendo a “Un francais nomme Gabin”, realmente
un documental interesante, que deleitó a su público, contando todo lo que uno
quisiera saber de Gabin, desde sus diversos roles, de galán, bueno, malo,
cuando pasaron los años y dejaron de llamarlo, pasaron 15 años y dejaron de
llamarlo. Entonces se retiro al campo, a criar sus ovejas, caballos, no logró
manejar la locomotora. Y al regresar, éxito rotundo, el mundo había cambiado,
él también, ya no era tan joven y adecuándose a los tiempos, compartiendo roles
con Jean Paul Belmondo, Alain Delon, sucedió lo acostumbrado ¿Qué? Éxito
rotundo para cada una de las cintas donde actuó.
No es de dudar que así sea, porque aunque la cachetada
fuera su compañero preferido en la actuación, era de la vieja escuela, aquella
que sea cual sea el rol que elijas, siempre creíble, siempre, siempre. Además
de adorable, detestable, tan guapo, caballero, con esos ojos azules que durante
tantos años en el blanco y negro del cine, uno pensaba que tenía los ojos
güeros y aparecía alguien recabando en ellos. En esa mirada de ojazos achinados
y azulados. Que hombre madre mía, que hombre tan hombre, masculino, enorme,
guapo, caballero, encantador, mujeriego obviamente.
En materias de faldas, hay que decir que tuvo todo lo
que quiso (jajaja) incluso a Marlene Dietrich que no es santa de mi devoción,
no la encuentro ni buena actriz, menos linda, pero bueno soy heterosexual y
puede leerse mi comentario como envidioso. Y para tener el kínder de hijos, eligió
a una más joven, linda tenía que ser también, modelo pues, francesa y dedicada
en cuerpo y alma a dar a luz a todos sus críos.
Después vendría en esta etapa adulta, el encuentro
entre Georges Simenon y Jean Gabin, en el que el primero después de verlo
actuar, personificando al Inspector Jules Maigret, cada que volviera a escribir
novelas sobre él, pensaría en Gabin. Porque la verdad sea dicha, tal y como les
comenté hace un tiempo, cuando vi la primera de dos cintas sobre Maigret, que
Gabin, era la personificación perfecta, de la imagen que siempre tuve del
Inspector Jules. Un hombre alto, fortachón, no gordo pero si amplio, alto bien
alto, de abrigo largo, amplio, abierto al frente, pipa en boca, gorro en cabeza
y esos ojos azules, esa mirada entre romántica, evocadora, volada, y a la vez
la de un hombre al que evidentemente no se le va una y que los casos los
resuelve entre bocanada de pipa y los pensamientos e ideas que vuelan en esa
mente brillante.
Algunos de las películas que hizo.
El gran golpe en el
año santo; El veredicto; Leguen; Dos hombres en la ciudad; El Affaire Dominici;
El gato; Le Tueur; commissaire Le Guen; El clan de los sicilianos; Inspector
Joss; Les Grandes Familles; El caso del Dr Laurent; Grandgil; Chiens perdus
sans collier; French Cancan; La Vérité sur Bébé Donge; Amanece; La bestia
humana; Quai des brumes; La gran ilusión; Pépé le Moko, entre muchas más.
Tuvo un vinculo muy estrecho durante sus largos
primeros años, con guionistas y
directores, con quienes formó un equipo de trabajo. Entre ellos
destacamos a Charles Spaak y Jacques Prévert. Que como toda relación intensa y
afiatada, tuvo un revés que duró muchos años, entre los que Gabin, como no era
solicitado para filmar, se retiro al campo. Después, en su segunda racha de
suerte y películas, este vínculo se retomaría y profundizaría, además de
incorporar a otros elementos. Pero Spaak y Prevert, son en esencia quienes le
dieron un perfil, características personales como la forma de poner el
cigarrillo en la boca, el sombrero, el abrigo cuando hizo de Maigret.
El detalle de cachetear a los actores que filmaban con
él, nació de sí mismo, una persona con
cara de mal carácter, que al parecer solo desenfrenaba en el set de filmación,
ya que no existe registro, ni comentario, que lo hiciera en otros ámbitos. Pero
eso si, en cuanto al cachetin, era muy democrático porque los repartía tanto en
hombres como en mujeres. Algo así como el sello final, la exacerbación a la
tontera. Lo entiendo porque lo padecí, de manos de mi padre y debo confesar,
que en versión acomodo de ideas, es muy pedagógico.
En fin, "Un francais nomme Gabin", es literalmente una
clase magistral, s obre la vida de este gran actor. Un deleite y creo que hasta
para quienes no tengan ni idea de él, pueden verlo como una curiosidad y sin
lugar a dudas aprenderán.
Totalmente recomendado!!!
“Un francais nommé Jean Gabin”, es un
documental que abarca trayectoria cinematográfica y biografía de
quien ha sido considerado el más grande actor francés, con fragmentos
escogidos cuidadosamente, montaje de numerosas escenas de los
95 filmes en que intervino, de los inicios del sonoro a su
fallecimiento en 1976 al poco de concluir “El último atraco” (l’année
sainte, de Jean Girault).
CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Título original: Un francais nomme Gabin, Francia 2015.
Titulo en español: Un francés llamado Gabin.
Dirección y guión: Yves Jeuland y Francoise Aymé.
Edición: Sylvine Bourget.
Narrada: Gregori Gadebois.
Género: Documental
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