El cine argentino es soberbio, el documental imagínense nomás. Estoy absolutamente enamorada del cine, la calidad, las historias, los cineastas, guiones, fotografos, historias por contar, inventadas o reales, ficción, realidad, de los argentinos. De los latinoamericanos. De las historias que se cuentan a través del celuloide. Me encantan las historias de personajes especiales, ilustres pero sencillos, que de pronto reaparecen o aparecen o quizás son descubiertos, para que los que ignorabamos su existencia lo sepamos y atesoremos estos momentos, historias de vida como algo eternamente sagrado.
Así me volvió a pasar con HACHAZOS de Andrés Di Tella. Antes le había visto por casualidad (igual que como me pasó con ésta), Montoneros una historia, otra cinta muy buena e importante para la historia de Argentina. O sea que Di Tella es un contador de memorias, de historias que quieren ser olvidadas por algunos y él las trae a la retina, a la actualidad, las hace presente y pretende junto a los espectadores, no volverlas a olvidar.
-Y es que en materia de séptimo arte y ahora documental, los argentinos son perfectos. La memoria argentina, la capacidad de memoria es una cosa notable, envidiable y que deberíamos comenzar a replicar.
En HACHAZOS, Di Tella se reencuentra después de muchos años con Claudio Caldini, uno de los cultores del cine experimental argentino y que como cuenta el director, no existe tal distinción dentro de los anales de la historia del cine de ese país. También puede ser porque casualmente el momento en el que se desarrolla el cine de vanguardia, es en la década del 60 y 70 donde la situación política y social se apodera de todo el resto. También puede ser que los sabiondos de cine porteño, pasen de éste items porque a causa político social, no quedan registros de él.
Sea por lo que fuere, Di Tella, decide contar la historia sobre este pesonaje más que particular. De los dos. De Caldini, se cuenta que antes y hasta los 70, se dedicó hacer cine con un grupo de amigos, hasta que llegó la dictadura a la Argentina, le desaparecen a uno de sus mejores amigos y decide emigrar a la India donde permanece durante muchos años, hasta que "supuestamente" se vuelve loco y es enviado de vuelta a su tierra natal. En ese retorno, que él no deseaba, se aisla del mundo, durante seis meses en la casa de su padre. Después transcurriran 11 años en los cuales la existencia de Caldini se contará como la de un nómade, no por opción sino que por falta de casa y trabajo. Hasta que en 2004 logra encontrar trabajo como cuidador de una casa en los suborbios de Buenos Aires. Ahí comienza el renacer de Claudio Caldini y en ese hermoso y poético lugar será que Di Tella lo reencuentre e inicien juntos un camino hacia su vida pasada, sus realizaciones cinematográficas, así como develarle algunos secretos de vida y de filmación. Y nosotros, los espectadores, gozaremos y adoraremos a este frágil y fuerte personaje que de a poco, dejando lentamente atrás sus mañas, sus gruñidos, sus enojos, volverá a filmar, a enseñarle sus trabajos a otros, dejar de ser un cuidador de casas para reconvertirse, reencontrarse en lo que fue.
Es una historia profundamente interesante, sencilla, de un hombre magnifico, que como los de su talla suelen ser extremadamente sensibles y que con algo tan espantoso como una dictadura, les pueden ocurri cosas terribles. Para colmo que no se destaca mucho, es de los primeros latinoamericanos que eligen como lugar de hábitat la india. Lo hicieron antes The Beatles, pero eran europeos, aquí un argentino desde sudamerica se internará durante muchos, muchos años en áquel país tan desconocido para muchos hasta que la sensibilidad le juegue otra mala pasada.
Realmente un hombre especial y muy interesante, que gracias a Andrés Di Tella tuvimos, algunos, el placer de conocer.
Totalmente recomendada!!!
SINOPSIS:
Al reconstruir la vida y la obra de Claudio Caldini, este cultor del underground, protagonista de uno de los capítulos más interesantes e injustamente olvidados de la historia del cine argentino, Di Tella bosqueja los primeros pasos del cine experimental en el contexto político represivo de la década del setenta, a la vez que indaga sobre el origen de su propia actividad cinematográfica.
CALIFICACION:
*********************Así me volvió a pasar con HACHAZOS de Andrés Di Tella. Antes le había visto por casualidad (igual que como me pasó con ésta), Montoneros una historia, otra cinta muy buena e importante para la historia de Argentina. O sea que Di Tella es un contador de memorias, de historias que quieren ser olvidadas por algunos y él las trae a la retina, a la actualidad, las hace presente y pretende junto a los espectadores, no volverlas a olvidar.
-Y es que en materia de séptimo arte y ahora documental, los argentinos son perfectos. La memoria argentina, la capacidad de memoria es una cosa notable, envidiable y que deberíamos comenzar a replicar.
En HACHAZOS, Di Tella se reencuentra después de muchos años con Claudio Caldini, uno de los cultores del cine experimental argentino y que como cuenta el director, no existe tal distinción dentro de los anales de la historia del cine de ese país. También puede ser porque casualmente el momento en el que se desarrolla el cine de vanguardia, es en la década del 60 y 70 donde la situación política y social se apodera de todo el resto. También puede ser que los sabiondos de cine porteño, pasen de éste items porque a causa político social, no quedan registros de él.
Sea por lo que fuere, Di Tella, decide contar la historia sobre este pesonaje más que particular. De los dos. De Caldini, se cuenta que antes y hasta los 70, se dedicó hacer cine con un grupo de amigos, hasta que llegó la dictadura a la Argentina, le desaparecen a uno de sus mejores amigos y decide emigrar a la India donde permanece durante muchos años, hasta que "supuestamente" se vuelve loco y es enviado de vuelta a su tierra natal. En ese retorno, que él no deseaba, se aisla del mundo, durante seis meses en la casa de su padre. Después transcurriran 11 años en los cuales la existencia de Caldini se contará como la de un nómade, no por opción sino que por falta de casa y trabajo. Hasta que en 2004 logra encontrar trabajo como cuidador de una casa en los suborbios de Buenos Aires. Ahí comienza el renacer de Claudio Caldini y en ese hermoso y poético lugar será que Di Tella lo reencuentre e inicien juntos un camino hacia su vida pasada, sus realizaciones cinematográficas, así como develarle algunos secretos de vida y de filmación. Y nosotros, los espectadores, gozaremos y adoraremos a este frágil y fuerte personaje que de a poco, dejando lentamente atrás sus mañas, sus gruñidos, sus enojos, volverá a filmar, a enseñarle sus trabajos a otros, dejar de ser un cuidador de casas para reconvertirse, reencontrarse en lo que fue.
Es una historia profundamente interesante, sencilla, de un hombre magnifico, que como los de su talla suelen ser extremadamente sensibles y que con algo tan espantoso como una dictadura, les pueden ocurri cosas terribles. Para colmo que no se destaca mucho, es de los primeros latinoamericanos que eligen como lugar de hábitat la india. Lo hicieron antes The Beatles, pero eran europeos, aquí un argentino desde sudamerica se internará durante muchos, muchos años en áquel país tan desconocido para muchos hasta que la sensibilidad le juegue otra mala pasada.
Realmente un hombre especial y muy interesante, que gracias a Andrés Di Tella tuvimos, algunos, el placer de conocer.
Totalmente recomendada!!!
SINOPSIS:
Al reconstruir la vida y la obra de Claudio Caldini, este cultor del underground, protagonista de uno de los capítulos más interesantes e injustamente olvidados de la historia del cine argentino, Di Tella bosqueja los primeros pasos del cine experimental en el contexto político represivo de la década del setenta, a la vez que indaga sobre el origen de su propia actividad cinematográfica.
CALIFICACION:
FICHA TECNICA:
Título original: Hachazos, Argentina, 2011
Dirección y guión: Andrés Di Tella
Edición: Felipe Guerrero
Duración: 82 minutos
Género: Documental
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