4 de noviembre de 2012

Las viudas de los jueves.

Estoy empezando a odiar esta situación de ver películas, sobre todo si son latinoamericanas, argentinas para colmo y que no me gusten. Como antecedente que ya debió comenzar hacerme toc, toc, en la choya, cabeza, compré el libro por el cual surgió la idea de Marcelo Piñeyro de hacer LAS VIUDAS DE LOS JUEVES y no pasé de las dos primera páginas, no sé si fue lo enredado de la narración o qué, pero eché marcha atrás, volví a releer las mismas aquellas confusas páginas y tampoco entendí nada. Abandoné el libro. Pero compré la película.

Segundo punto. Si en la portada aparecen en un 99,9% puros malos actores argentinos, que lamentablemente existen, pero que para la gloria del cine argentino, en su mayoría salvo algunos egocentricos, están albergados en el mundo de las teleseries. Bueno si aparecen más de tres la cosa se pone peligrosa pero si de un universo de ocho protagonistas femeninos y masculinos hay sólo dos que más o menos salvan (Gabriela Toscano y Leonardo Sbaraglia (a quien le quitaron su rol de loco malo para pasarselo a Botto) y quedó limitado a tonto bueno), que tu crees que quizás ellos no acaben con la historia, lo que se debe hacer es pasar de comprarla o de verla, porque hay un 90% de posibilidades de que sea una mierda.

Tercer punto, con todo el dolor de mi corazón tengo que confesar que quizás un poco de Katmacha o Tango Feroz (más por Fernán Mirás que por otra cosa) quizás un poquito muy poquito de Plata Quemada, nunca por Caballos Salvajes (ni siquiera por Héctor Aleterio), Marcelo Piñeyro, el director, tiene un defecto enorme: se quedó pegado en la época que el cine argentino vivía de cortar la cebollita finamente para atraparte, pero por el corazón reblandecido. Y eso es una excusa que no termina de definirse si ocurre porque el director no quiere perder de ninguna forma, porque es un encebollado (lagrimero) de cepa o en realidad en su corazón se esconde un mediocre cineasta que hace todo en la medida de sus posibilidades, muy buenas intensiones, pero poco ñeque.

Cuarto punto, me carga estar hablando mal del cine argentino. Pero me quedaba pasar de largo simplemente y pues hace rato que no comentaba nada, que baratas mis razones.........jajajaja en fin. Ahí les voy.
Country en Buenos Aires (supuestamente  después nos enteramos que esto ocurría en España), tres familias adineradas viven en el lugar, los hombres amigos y medio socios entre ellos, las mujeres solo amigas para gozar los  beneficios monetarios de los maridos. Pablo Echarri y Ana Celentaro, Leonardo Sbaraglia y Gabriela Toscano, Ernesto Alterio y Gloria Carrá. El primer matrimonio son los éxitosos y perfectos del country. Los segundos los looser de marca registrada, el hombre no trabaja porque  nada está a su altura, en vez vive pasando revista a los males del mundo, destinando suspiros y tiempo a Greenpace o cuanta actividad "alternativa" exista, mientras su mujer se las vive de corredora de propiedades. Y el último juego de matrimonios unos patéticos clichés de salir corriendo, él abogado de firmas que  no sabe si mandar su dinero fuera de Argentina o dejarlo en el país, en sus cavilaciones baratas que su hija le titulo de Macbeth, toma la segunda opción, para colmo se aloja en el país el Corralito y se le va a la mierda la fortuna. La mujer, por su parte, el cliché de la sin personalidad, borracha, anorexica y tonta  (no, eso viene con la propia Carrá) y que solo le interesa el qué dirán, no juntarse con la chusma y que su marido algún día de tanto juntarse con Echarri, copie un poco de su gloria y  la revierta en dólares por supuesto.

Estaba todo relativamente aburrido, chato, sin trama, cuando de pronto hacen su aparición más cliché que los anteriores Juan Diego Botto y Juana Viale. El matrimonio joven que quieren vivir en el country. Él es cero simpático, a los 10 minutos nos enteraremos que más bien es sicopáta, celoso y que el eje de su malísima actuación y su locura, es su mujer Juana Viale. El punto es que en las primeras escenas de la película, en una oscuridad que no se distinguía nada (no sabemos si porque la movie era pirata (comprada en la calle) o porque el cine latinoamericano todavía no toma cursos (ya no lo hizo) con Truffaut sobre la noche americana), el asunto es que el meollo del tema es que tres de los cuatro maridos aparecen muertos y flotando en la piscina del magnate Echarri. Y de ahí en más tendremos que soportar eternas dos horas para decifrar lo que a nadie le interesa ¿por qué pasó? ¿que pasó? ¿pasó realmente algo?, porque quiero decirles que la película supuestamente de suspenso, porque hay muertos entre medio, no agarra más que sueño. Es pésima justamente por eso, porqueno tiene trama, qué decir de suspenso, todo se le va en el cliché muy barato, de mostrar la vida terrible de los millonarios y vacios que viven en un country en Buenos Aires, que no tienen nada más que hacer que gastarse la plata, hablar de plata, pensar en como multiplicarla, no perderla, y  en eso se les va la vida.

Pero el items de los muertos flotando en la piscina, es decir, Pablo Echarri, Ernesto Alterio y Juan Diego Botto, no le interesa a nadie. Y es tanto que cuando los descabellados, por no decir tirados de los pelos, motivos por los cuales quedaron tiesos, se nos es revelada, dan ganas de matarlos de verdad. Pésima la película por donde se le mire. Puras actuaciones de histéricas argentinas afectadas de nacimiento, los hombres mirándose a un espejo imaginario y más que actuando pensando "¿es verdad espejito que soy el más bonito?". Vomitiva. Pero con todo y todo lo antes dicho y usando un poco de rewin, mi  sisterna Manucita y yo, la vimos hasta el final.
Lo otro, aunque digan que la música incidental está compuesta por un señor Roque Barros y que fue tocada por una gran orquesta española, quiero decirles que Barros es un ladrón de música clásica, porque cualquiera que tenga dos minutos de memoria musical, sabrá que todos, todos, todos los comienzos majestuosos musicales de LAS VIUDAS DE LOS JUEVES, que por supuesto le quedaban chicos, habían sido compuestos hace siglos atrás por máximos como Bach o Chopin, Beethoven, jamás por este Roque Barros, que seguro lo que hizo fue cambiar una nota por aqui, otra por allá y eso que parece idéntico a, no lo sea tanto o no lo sea en lo absoluto. No sé si será para no pagar derechos, aunque los compositores originales están harto muertos, pero a saber las triquiñueladas del señor Barros.
Imposible de recomendar!!

SINOPSIS:
 La cerrada comunidad de “Altos de la Cascada”, un barrio privado donde conviven familias de clase alta, se conmueve con el hallazgo de encontrar tres cadáveres que aparecen flotando en una piscina y se apresura a encuadrarlo como accidente. Es el punto de partida para que a través de la vida de algunos matrimonios que allí habitan, Tano, gerente de una multinacional- y Teresa, Ronnie que vive a expensas de su esposa Mavy, una agente inmobiliaria, Martín y su insatisfecha esposa Lala y los recién llegados Gustavo y Carla, la película intenta una descripción del sector social que compone ése tipo de comunidad y, por extensión, a un sector más amplio de la sociedad de la época. Ambientada dentro de la crisis social y económica sufrida en el país hacia fines del año 2001, dentro de las murallas que rodean a "Altos de la Cascada", los protagonistas viven alejados de la realidad, pero poco a poco la crisis también se hace notar en ellos, sumado a las decepciones personales que deben afrontar, los lleva a tomar una decisión final por el bien de sus familias.

CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Título original: Las viudas de los jueves, Argentina, 2009
Dirección: Marcelo Piñeyro
Guión: Marcelo Piñeyro, basado en la novela homónima de Claudia Piñero
Musica: Roque Baños
Fotografia:Alfredo Moyano
Reparto: Leonardo Sbaraglia, Graciela Toscano, Ana Caletano, Pablo Echarri, Juan Diego Botto, Gloria Carrá, Juana Viale, Ernesto Alterio.

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