7 de febrero de 2017

Class divide.


Cuando leí la sinopsis de este documental CLASS DIVIDE, jamás pensé que sería lo que fue. Creo que es de aquellos trabajos audiovisuales, que a uno deberían advertirle si realmente quiere verlo, advertirte que te va a doler el hígado, que querrás salir a la calle a comprar un arma y matar a todos los adinerados - huevones, del mundo unío. La historia es esta, Wes Chelsea, era un barrio de Nueva York, habitado en un 100% por personas de estrato social bajo. También había locales de diversión nocturna, más bien orientados a las seudo minorías sexuales, pero en esencia un barrio popular. Pero como lamentablemente el mundo está cada día más lleno de humanos, los que tienen un gran bulto en sus bolsillos, de papeles verdes, antojados de cambiar de aires, de irse lo más lejos del centro, presionaron a las inmobiliarias a buscar nuevos horizontes. Y como fundamentalmente la ley del mundo, exige que tengas con qué defenderte y no en versión armas, sino que para ser considerado ser humano, tienes que tener, poseer dinero, aquí el que gana es el que más tiene.


Ya con esa hipotesis a cuestas, confieso que comencé a sentir un deseo muy grande de tener un arma  en las manos y disparar contra la TV, que en realidad poco serviría porque a quienes quería reventar en balas, es a esas personas soberanamente huevonas, mongas, estúpidas, que realmente creen que el poder del mundo está en el dinero y que con él, puedes desalojar, remover, sacar, a otros para llegar tu. Asco, nauseas al por mayor.
Es así como en CLASS DIVIDE, ocurrió que en el barrio de Wes Chelsea, habitado como ya dije, fundamentalmente por afrodescendientes, latinoamericanos indocumentados, viviendo en edificios sociales, donde el arriendo está congelado hace años y viven por supuesto hacinados en departamentos para tres, ocho o diez personas. Seres humanos que con suerte, mucha suerte, logran ganar al año 21 mil dólares y que deben enviar a sus hijos a las escuelas que tienen cerca, gratuitas obviamente y que al igual que en todos los países del tercer mundo, la educación será mala y de poca calidad. Pero en cambio, del otro lado, literalmente del otro lado de la vereda donde viven, se construyen edificios donde un piso es una casa y para que tengan acceso cercano a la educación los hijos de estas personas, construyen también en el 2012, una escuela que la mensualidad cuesta entre 40 y 50 mil dolares ¿No será un poco falta de respeto para los más pobres? Que por supuesto no tienen posibilidad alguna ni de acceder, menos de cruzar la calle y circular por ese espacio, porque para eso debes llegar en helicoptero, auto, limusina. Ahí realmente ya tengo el arma en las manos y el objeto más que identificado.


 Lo que ya simplemente da una rabia tremenda, es que estos chicos que asisten a esta escuela mega multimillonaria, son super clever, inteligentes, seudo democratas, pluralistas, librepensadores y encuentran super terrible la situación que viven las personas del otro lado de la calle, que además estaban ahí antes que ellos llegaran. Pero de ahí a hacer algo, eso no, eso ya es mucho pedir. Por eso digo yo, más allá de lo nauseabundo que puede llegar a ser digamos, interesante, constatar, que el mundo es una mierda en todas partes y que Estados Unidos, obviamente no es la diferencia y jamás fue el paraíso perdido y maravilloso ¿qué necesidad tendría contemplar esta realidad? que en estricto rigor uno lo ve todos los días, en todas partes, en su vereda, barrio, ciudad, país y en la TV a través de las noticias locales, mundiales. Tengo mucha rabia.
Pero digamos que para material que constata la estupidez humana, es un buen material. Pero solo eso. Y lo que da más rabia es pensar que este film fue financiado por HBO. Ay mamá quién me habrá mandado verlo.
Recomendada!!!


SINOPSIS:
Class Divide explora los efectos de la hipergentrificación y la desigualdad creciente en la sociedad. Como universo explicativo Levin toma un barrio de Nueva York, Chelsea, en donde el foco será la intersección entre una escuela privada de élite y las viviendas para la población de bajos recursos.

En la intersección de la 10TH Ave. y la 26TH Street se encuentra la escuela Worl School, un colegio privado que va desde pre-kinder hasta grado 12 y donde el precio anual oscila entre los $40,000-$50,000 USD. Al otro lado, justo al frente de la calle se encuentra el Elliott-Chelsea, Proyecto de viviendas populares, en donde viven miles de personas con empleos poco valorados y remunerados, donde una familia promedio de ingresos anuales de más o menos $ 21,000 USD, por debajo del nivel de pobreza.
A la sombra de la antigua y hoy cerrada estación High Line de Nueva York, en donde se encuentra un parque elevado que recibe a miles de turistas, se desarrolla el documental Class Divide, que analiza la subida de los valores de propiedad, los niños que viven en este lugar y que dan testimonio de la creciente desigualdad, la movilidad de clases sociales estancadas, rodeada de temas de educación pública, vivienda asequible, inmigración y oportunidades de empleo que afectan sus vidas. Class Divide es una crónica de movimiento de los jóvenes en el mismo barrio, de orígenes totalmente diferentes, tratando mostrar y de darle sentido a cuál es su lugar en este paisaje que cambia rápidamente a medida que navegan sus relaciones personales con el mundo y con los demás.  
    
CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Título original: Class divide, 2016, Estados Unidos.
Título en español: División de clases.
Dirección: Marc Levin.
Género: Documental.
Duración: 75 minutos.

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