Digamos que el exceso de oda a la cultura hebrea, a los judios netos, a los rabinos, me dio un poco de arcadas. Una pincelada, considerando que el director es muy israelita, lo podría pasar de largo, pero una oda no. Tonta yo que no averigüe más de que iba. Aunque el placer de Bertucelli podría mitigar todos los demás desagrados, quizás lo hizo. Porque pese a todo, vimos la cinta hasta el final.
La historia igual hay que decir que era un tanto muy predecible.
Chico mitomano conoce a chica en la universidad y la muchacha que era perspicaz hasta la saciedad, le saca la foto de que todo, todo, todo, cuanto le cuenta es mentira y a ella como a todos, no le gustan las mentiras. Lo deja. El chico mentiroso crece, se casa, tiene dos hijos, se separa y para comer trabaja en la empresa de su padre y después la heredará y quedará como el dueño único. Digamos una vida bastante tranquila, no demasiado aspiracional, pero vida al fin. Para las alegrías el chico mitomano también es ludopata. Y ocurre que seudo disque, tras manosear varias veces el título de la película, como si fuera el final de una teleserie, el chico mitomano y ludopata, descubre que quizás la suerte no es tan esquiva y encontrable solo a través del póquer, ya que tras conversar con su mejor amigo, sobre la mujer que lo marcó, la de la universidad, un día que viaja a Rosario se reencuentra casualmente en el casino de la ciudad. Reinician un algo, pero el que nace mentiroso cae en la tentacion, aunque la suerte está echada (como titulo de pelicula) pero como estamos ante una historia encantadora, actores excepcionales, buen ritmo pero algo telenovelescos, nos damos cuenta que tarde o temprano, ella finalmente, aceptara quedarse con el falladito, de existencia plana, por no decir mediocre o por lo menos carente de aspiraciones, como la que tenía su padre, al que su madre abandonó por esas razones y que en cambio ella amaba locamente y por eso lo eligió para vivir a su lado toda la infancia, adolescencia, juventud, adultez.
O sea que el milagro real de esta cinta, recae nuevamente en el elenco y sobre todo en Valeria Bertuccelli que es una máxima. Aunque no neguemos la participación de Norma Aleandro. En Drexler que como no le conocía dotes actorales, al menos, es bastante agradable a la pantalla y en sus diálogos que podrían llegar hacer que lo odiemos porque además de todos los defectos del personaje, también tiene el pero de hablar hasta por los codos. Luis Brandoni dando su cuota. El pero hasta el final, hasta la hora 44 minutos, es la groseria de echarnos en cara a cada rato, lo judio, israelita, sionista, rabino, que es el director.
En fin, quedo complicada con el tema de las recomendaciones, porque lo atorado de pronto se torna nuevamente, más pesado que el elenco, que la maravillosa Bertuccelli. Pero hagamos esto, para los iguales al director pues que se les atragante y para mis seguidores de pensamiento, corazón y pasión cinematográfica, pues que la Pachamama se los coja confesados y que sufran vomitos leves.
SINOPSIS:
Uriel trabaja en el sector financiero y es un jugador de póker online. Atraviesa un periodo de descontento vital hasta que se cruza con Gloria, una joven recién llegada de España, con la que vivirá un romance enmarcado en el mundo del juego.
CALIFICACION:
**********************
FICHA TECNICA:
Título original: La suerte en tus manos, Argentina, 2011
Dirección: Daniel Burman
Guión: Daniel Burman y Diego Dubcovsky
Música: Nico Cota
Fotografia: Daniel Sebastian Ortega
No hay comentarios:
Publicar un comentario