Así fue como ni bien descubrí en el cable, a P.S., decidí verla desde el principio hasta el final y me pasó que el encanto de Linney, se transformó en el peor descubrimiento del mundo, que ella es realmente la esencia de una histérica nata. ¿Por qué? Porque esos que encontraba "matices" de pasar de la rabia al llanto, con su carita pálida tiñiendose de rojo, es realmente un desequilibrio, es el personaje de una mujer insatisfecha, frustrada, que arroja sus verdaderos sentimientos, cuando por primera vez es testigo del amor, de sentir, de tener y qué hace, tortura al que le da el amor, el sentido a la vida, a los sentimientos y esa transformación, clínica y psicologicamente es el rasgo de la neurosis, de la histeria, de un ser humano frustrado. Esperemos que tan solo sea la caracterización, muy bien lograda, para el personaje o los personajes que Linney ha tenido que desempeñar a lo largo de su trayectoria filmica y no estemos, en cambio, ante sus rasgos personales traspasados a la pantalla grande.
Y sin embargo P.S., es entretenida, atrapa sin chistar y si a eso le sumamos, el ingrediente no menor de las escenas entre Laura y Thoper, que para las que estamos pasadas de los 40, son de un reconfortante interesante, que uno quisiera estarlo viviendo en carne propia. Pero para mi gusto, si bien ella es encantadora, hermosa, buena actriz y te lleva a sentir todas las emociones por donde te pasea, tiene el pero de encarnar, como les comentaba, la esencia es una neurótica escalofriante, llorona, histérica, que pese a sus 39 años se nota que todavía tiene mucho que aprender, vivir, madurar y gozar. Será que me molesta porque me pena, porque yo también soy así, no lo sé.
Pese a ello, la historia es buena. Mas si eres de los que no soportas mucho los vericuetos, patrañas de neurótica, sufrirás mucho, porque esto es una oda a estas mujeres. Y la verdad que para ser domingo y cerca de la media noche, uno esperaría más bien una llana película de amor y sexo, entre una mujer madura, hermosa y un joven universitario hermoso, encantador, sensible, delicado, buen amante y que el resto, lo que pase con el espectador sea el resultado del goce visual.
Del director Dylan Kidd no sé nada, no le había visto nada.
La fotografía es hermosa, será porque todo ocurre en una época del año, el otoño que en una ciudad equis de Estados Unidos, todo es aún más hermoso, lo verde de los árboles que comienzan a tornarse rojizos, la luz del sol, las avenidas y calles majestuosas, limpias, de mucho pasto, estudiantes por doquier, obras de arte, cuadros, esculturas, gente, mucha gente, amigas, glamuor en toda la extensión, muy bien retratadas en las imágenes que acompañan a esta historia.
La banda sonora nada para destacar demasiado, pero digamos que no sería lo mismo si no existiera, o sea que igual marca presencia.
Las actuaciones de Linney y de Thoper, aunque ella neurótica o quizás justamente esa era la idea y la de él en el eterno personaje del chico en el despertar a la vida, a todas las experiencias, que no sé quizás dentro de 20 años me aburriré si sigue en la misma, pero mientras sea joven, será un placer verlo en estos roles.
La amiga de Laura, la actriz Marcia Gay Harden, con su presencia voluptuosa que logra mantenerse al limite de caer en la decadencia y mantenerse distinguida, con sus ropas insinuates o pijamas de encajes, hace sentir al espectador una sensación entre simpatía y temor de verla caer en lo patético y vulgar. Gabriel Byrne for ever con su cara de pobre ave, que no me agrada en lo absoluto, pero por suerte su pesronaje es más tibio que él en su vida real.
Totalmente recomendada!!
SINOPSIS:
Louise Harrington, divorciada, trabaja en el departamento de admisiones de la Universidad de Columbia, tiene ya casi cuarenta años y su vida funciona como con el piloto automático puesto. Louise nunca se recuperó de la muerte de su novio del instituto, ocurrida veinte años atrás. Ahora aparece un joven igual que él.
CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
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