Con mi hermana Manuela, vimos este documental, que ella descubrió en YouTube. Decidí verlo con ella porque es de esas historias hermosas y sentidas, que uno quiere compartirlas con alguien. Aunque no venga al caso, el documental Mi viejo rebelde, me llega más de lo normal, porque yo también tuve un padre, rebelde, historiador, Bayer además periodista. Ambos nacieron en febrero, mi padre un día y un año antes que Osvaldo Bayer (18 de febrero de 1927). Y de no ser porque mi padre sufría bipolaridad, estoy segura que él también habría sido mucho más referente de lo que fue.
Por eso me toca tan de cerca este documental que una hija le hace a su padre, que no solo fue su papá, sino que un gran hombre, generoso, solidario, comprometido, consecuente. En la última dictadura argentina, la de Videla, el aclamado libro de Bayer, que Oliveira lo hiciera película "La Patagonia Rebelde", sería la escusa para señalarlo y darle menos de 72 horas para que se fuera, con su familia, a la mierda o al exilio, que en cierto modo es parecido.
Así es como Osvaldo Bayer, viajó junto a su mujer y sus cuatro hijos a Alemania Democrática, donde vivieron ocho años de exilio. Hasta que llegó un momento, seguramente que lo dejaron entrar y Bayer decidió volver, dejando a su mujer con los hijos que no eran precisamente niños. Eso es algo que Ana, la hija, no cuenta en el documental ¿por qué vuelve papá sin la familia? Quizás porque nos daríamos cuenta en el resto del documental, que Bayer era un hombre de amplia mente y no impuso a su mujer, la voluntad propia, la necesidad urgente de regresar a Argentina. Entonces comenzó una vida en la que pasaba 6 meses en Argentina y otros 6 en Alemania, más bien con su familia. Durante esos ocho años que vivió en Alemania, tuvo un exilio paupérrimo, como el que nosotros y mis padres tuvimos en México, no el que dice la gente que los exiliados vivían en jauja, champaña y fiestas. Nosotros modestamente con el sueldo de mi padre, profesor universitario y Bayer con su mujer y cuatro hijos, modestamente con lo que él ganaba dando clases y seguramente, al tiempo la mujer también trabajó en algo, como lo hizo mi madre.Es inevitable ver las similitudes y me honra que así sea, porque Bayer fue de esos hombres notables, que quedan en la retina de la memoria para siempre y así quiero que pase con mi padre.
En ese regreso a Argentina, Bayer se dio el gusto de seguir siendo la misma persona consecuente, que salio expelido/exiliado de su país, por órdenes de los militares, volvió aún con dictadura, los últimos años y no dejo un día de hacer todo lo que se podía en pos de encontrar a los desaparecidos, denunciar sus desapariciones y detenciones, trabajar con Madres y Abuelas, dar clases en la UBA.Otra cosa muy linda que uno ve en el documental, es la relación que Bayer tenía con sus hijos, nietos, su mujer. Ambos, se nota que fueron una pareja muy bien avenida y que por algo tuvieron cuatro hijos y después tantos nietos. Eran personas amorosas, cálidas, tranquilas y a la vez alocadas, entretenidas, fiesteras. En eso Bayer se parece tanto a mi abuelo paterno, que nos cantaba, bailaba con sus nietos, contaba bromas, recitaba poesía. Mi papá era más de viajes, de contar historias increíbles, de darte libros que te marcarían con seguridad, pero no era de interacción social con sus hijos, no como Bayer, no como mi abuelo Titin. Y con sus particularidades lo amé, lo amo y lo extraño mucho.
Ana, la hija menor de Bayer, mientras estuvo viviendo en Alemania, de hecho creo que todavía vive allá, trabajó mucho el tema de la memoria y apoyo todas las causas en pos de volver a la democracia. Como la vemos en esta fotografía, con su grupo de danza, interpretando a las Madres de Mayo. Una familia, sin duda, comprometida, es que con un padre así ¿qué más te queda?
Cuando Bayer regresa a Argentina, a Buenos Aires especificamente, vive en dos habitaciones y un patio, que es lo que subdividieron de la casa de sus padres, en el Barrio de Belgrano, aquí lo vemos afuera de la puerta de su casa, que tildó de "Tugurio", tenía mucho sentido del humor y le gustaba bromear con la gente. De hecho los jóvenes tocaban el timbre y preguntaban si tenía trago y mujeres y él respondía no, en este tugurio solo hay libros y salían escapando los consultantes jajaja. Desde que volvio a la Argentina hasta su muerte, Bayer vivió en esa casa, alguna vez habrá venido a visitarlo desde Alemania su mujer, como también lo hizo varias veces su hija Ana, cuando la madre de ésta murió. Eso fue triste enterarnos que la mujer de Bayer, murió muchos años antes que él y que por lo tanto, vivió solito en esa casa. Bueno, solito es un decir porque lo visitaba mucha gente, era muy agradable, sociable y no ponía ningún impedimento si la gente quería pasar a conversar con él. Eso es muy argentino, son muy sociables, te hablan en la calle, si vives en una vecindad, los vecinos sin meterse en tu casa, se reúnen en el patio y ahí a compartir, matear, conversar. En eso mi padre no se parecía en nada a Bayer, porque era lo más huraño del mundo, sobre todo cuando estaba deprimido y en su estado maníaco, mas bien gustaba de salir a visitar gente.
En fin tantas historias que puede contener un documental de a penas 69 minutos, me encantó, estoy realmente conmovida por su vida, su consecuencia, lo encantador del caballero. Aquí está su hija Ana, derramando baba por el padre. Son hermosos los dos.
Y aquí Bayer, con ese clavel rojo haciendo un homenaje a su mujer, después que falleció, donde dijo que ella había sido el ser que más amó en la vida. Así que donde tenga oportunidad de ver el documental, hágalo. Esta libre en YouTube, no lo deje pasar, es interesantísimo, si nunca escuchó hablar ni de la novela, menos del autor, aquí quedará más que informado.
Totalmente recomendado!!!
SINOPSIS:Documental que refleja de manera íntima la cotidianidad del escritor y periodista Osvaldo Bayer, dirigido por su hija.
CALIFICACIÓN:
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FICHA TÉCNICA:
Título original: Mi viejo rebelde, Argentina, 2019.
Guión y dirección: Ana Bayer.
Género: Documental.
Duración: 69 minutos
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