22 de febrero de 2012

The Tree of Life.


Mi sobrina Emiliana dijo que si yo iba a ver EL ARBOL DE LA VIDA y me gustaba, singificaría que ella y sus papás eran tontos porque no sólo no les había gustado, sino que salieron despavoridos de la sala a los 15 minutos de comenzada la cinta. No creo que el cine sea para medir el nivel de inteligencia o estupidez de las personas, creo que hay películas que están hecha para ciertos estados de ánimo, para determinadas sensibilidades, para determinadas personas. Por ejemplo cuando yo tenía unos años más que mi sobrina, fui a ver Stlaker y me aburrí a pastos, de hecho creo que deje salir uno que otro ronquido.
También podría decir a favor de mi sobrina, que estamos ante una película de Terrence Malick, es decir, que todo aquello que tengas frente a tus ojos, durante los próximos 133 minutos, será distinto a lo que estás acostumbrado a ver, porque las experiencias audiovisuales y sonoras, a las que te enfrentarás lo más seguro es que jamás las hayas experimentado (a menos que te guste Malick).

Y es que con EL ARBOL DE LA VIDA, me pasó que todo el tiempo sentía una conexión profunda con la trama, con el director y con lo que él quería decirnos o simplemente mostrarnos. Porque el meollo del asunto es la pérdida. Una familia tradicional norteamericana de la década de los 50, bastante católica, pasan por el terrible sufrimiento de la muerte de un hijo, un hermano. Creo que ante ese dolor la vida misma se trastorna al mil por ciento. Y realmente sentí ese dolor, esa distorción en los sentimientos de cada uno de los integrantes de ésta familia, los cuales están puestos bajo la lupa del hijo mayor, quien después de una infancia como hijo único, tendrá que compartir el amor de sus padres con sus dos hermanos y en este equilibrio de sentimientos, enfrentar sus envidias, celos y sus más bajas y oscuras intensiones. Tocar fondo (en el fondo que puede llegar un adolescente de aquellos tiempos) y descubrir que la vida no se puede vivir bien, si no te entregas al amor.
De hecho pensaba que esta situación tan íntima, tenía que ser algo que le había pasado a Malick y le achunté, sólo que en el caso real, el hermano del director se suicida. 
Será también que una está más sensible con el tema de la muerte, por los que ya no están a tu lado, ya que  lentamente, sin apuros sino que dejándome ir, fui descubriendo el significado (si es que lo tiene) de la cinta, así como fui entregándome a las imágenes, a las sensaciones, a esa música clásica maravillosa y envolvente. Pensé en mis orígenes, desde mis abuelos paternos, pasando por mi padre, los amigos de él y míos que ya no están, mis mascotas, todos, todos y entendía perfectamente el dolor de la película además de sentirlo.

El único pero que le encontré, porque sino sería una maravilla y eso no existe, es Brad Pitt. Porque él no me gusta como actor, no lo encuentro buen actor, no puedo separar lo que es de éste personaje tan fuerte, violento, pero finalmente obsesionado por el bienestar de su familia, de que lo quieran. Como que se gelatinizaba por el camino y fuera de poner caras de malo, pararse y lanzar objetos por los aires, maltratar a sus hijos o a su mujer, no me llegaba su ira, su inseguridad, su dolor. En cambio, Jessica Chastain, que interpreta a la madre de familia, ella si que era la elegida en todo sentido: por su apariencia volátil, etérea, angelical, dulce, melodiosa.... Era la pernosificación de un ángel, cómo miraba la copa de los árboles, cómo los acariciaba. La personificación de la madre que todos quisieramos tener, a la cual amar, admirar y enamorarnos de ella. Y qué decir de los tres hermanos, de los cuales nunca nos enteramos el nombre, porque ahí todos son "hermanos" y "padre o madre", ningún dato extra, menos pensar en un nombre.
Quizás también Melick lo hace a propósito para acercarnos más a esa familia que podría ser la de cualquiera de nosotros.

Sin querer encontrarle un significado a la cinta, la respuesta, los motivos, de pronto sentí que si las personas que no les gustó, la encontraron demasiado católica, casi como un comercial de ropa limpia, de pronto pienso que lo que ocurre, es que la bondad, el amor, la fraternidad, amar al projimo igual que a ti mismo, son consejos tan desperfilados por el ser humano, que al escucharlos, leerlos en los subtítulos, expresados en las imágenes, resultan para algunos tan "obvias" que es más fácil tildar la película de "cebolla, obvia, poco creativa" pero y que tal si fuera ¿que el mundo está tan perdido que no puede ver lo bello que nos rodea, que está ahí de tocarlo con la punta de los dedos?
Quedé con esa sensación, como que Melick hace un llamado nada discreto al mundo, a los humanos que poblamos la tierra a salvarnos a través del amor, de las bellezas de la vida, de los árboles, de la familia, de los amigos, de las personas, creer en las personas, en sus intensiones, de confiar, amar, tener esperanzas, sostener la mano del otro cualquiera sea el color de la piel o la procedencia económica. Y quedé con unas ganas locas de ver todas las movies del director.
Totalmente recomendada!!

SINOPSIS:
En el Texas de los años 50, Jack creció entre un padre autoritario y una madre cariñosa y generosa. El nacimiento de dos hermanos pronto le obligaría a compartir ese amor incondicional, y más tarde a enfrentarse al individualismo fanático de un padre obsesionado con el éxito de sus hijos. Hasta el día en que se produce un trágico suceso que perturbará ese frágil equilibrio...



CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Título original: The tree of Life, USA, 2011
Título en español: El árbol de la vida
Dirección y guión: Terrence Malick
Reparto: Brad Pitt, Jessica Chastain, Hunter McCracken
Banda sonora: Oscar Alexandre Desplat.
Fotografia: Emmanuel Lubezki
Género: Drama
Duración: 133 minutos

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