Cuando descubrí que la traducción de L´ENFER era EL INFIERNO, no pude dejar de pensar en mi papá quien seguramente diría "es que el matrimonio lo es". Y sobre todo si tienes la mala idea de casarte con un bombón como Emanuelle Béart y más si eres un tanto inseguro. Aunque hay que decir que si fuera mi caso, tendría esposado a la cama a Francois Cluzet porque es verdaderamente una preciosura.
Aquí estoy con una nueva película de mi amado Chabrol, que para mi desgracia ya no está en esta tierra, es decir, no gozaré con una nueva cinta nunca más, es que ese tipo de eternidades si que suenan como una maldición. Querido Chabrol se te extraña.
Y después de ver L´ENFER mucho más, porque Claude Chabrol tenía y tendrá esa gracia infinita como el Ave María, de hacer las mejores películas, las más entretenidas aunque no exista exceso de movimiento, con los mejores actores aunque no los conozca ni por si acaso, los guiones más ocurrentes aunque a veces sencillos, a veces rebuscados, pero siempre buenísimos. Creo que del chorronal de cintas de Chabrol que he visto, jamás de los nuncas me ha pasado que alguna me aburra. Es que Chabrol era un maestro.
L´ENFER tiene esa pócima especial que hace que toda la película te sientas un poco culpable por matarte de la risa con ciertas situaciones, porque hay una cuota de humor o el actor que hace de Paul (Cluzet) es demasiado encantador, se ríe y uno no puede llegar a entender si está realmente enfadado, realmente volviendose loco, realmente al borde de la esquizofrenia o en el fondo y después de todo, junto a Chabrol no está tomando el pelo que da gusto. Pienso que con estas palabras alguien podría decir que estoy insinuando que no hay un desarrollo de personaje y que Paul, el marido de Nelly (Béart) no convence en su rol de "celoso enfermo". No, no es así en lo más mínimo, lo que pasa es que las cintas de Chabrol tiene esa gracia o magia, en la que las desgracias más terribles, los tormentos más enfermizos, uno como que los toma con andina ¿o será que estamos tan sucios de mente que no le damos crédito al dolor ajeno? A saber.
En todo caso como siempre, amé L´ENFER por lo buena que era, porque uno se queda hasta el final tratando de dilucidar si esto es broma o seriedad absoluta, si estamos todos locos o en realidad hay uno solo que está del tomate y que deberían internarlo. Aunque en realidad no es por justificar pero tener de esposa a una mujer tan seductora, innevitablemente seductora como Emanuelle Béart, realmente es para tener los nervios de punta, un ego del tamaño de un rasca cielo y no sé ser Román Polanski que es maravilloso, terriblemente maravilloso y no se pondría celoso. Otro, es decir cualquier otro simple mortal, haría las cosas desquiciantes que hizo Paul, por pensar que todo Francia quería cogerse a su señora.
Totalmente recomendado!!
Aquí estoy con una nueva película de mi amado Chabrol, que para mi desgracia ya no está en esta tierra, es decir, no gozaré con una nueva cinta nunca más, es que ese tipo de eternidades si que suenan como una maldición. Querido Chabrol se te extraña.
Y después de ver L´ENFER mucho más, porque Claude Chabrol tenía y tendrá esa gracia infinita como el Ave María, de hacer las mejores películas, las más entretenidas aunque no exista exceso de movimiento, con los mejores actores aunque no los conozca ni por si acaso, los guiones más ocurrentes aunque a veces sencillos, a veces rebuscados, pero siempre buenísimos. Creo que del chorronal de cintas de Chabrol que he visto, jamás de los nuncas me ha pasado que alguna me aburra. Es que Chabrol era un maestro.
L´ENFER tiene esa pócima especial que hace que toda la película te sientas un poco culpable por matarte de la risa con ciertas situaciones, porque hay una cuota de humor o el actor que hace de Paul (Cluzet) es demasiado encantador, se ríe y uno no puede llegar a entender si está realmente enfadado, realmente volviendose loco, realmente al borde de la esquizofrenia o en el fondo y después de todo, junto a Chabrol no está tomando el pelo que da gusto. Pienso que con estas palabras alguien podría decir que estoy insinuando que no hay un desarrollo de personaje y que Paul, el marido de Nelly (Béart) no convence en su rol de "celoso enfermo". No, no es así en lo más mínimo, lo que pasa es que las cintas de Chabrol tiene esa gracia o magia, en la que las desgracias más terribles, los tormentos más enfermizos, uno como que los toma con andina ¿o será que estamos tan sucios de mente que no le damos crédito al dolor ajeno? A saber.
En todo caso como siempre, amé L´ENFER por lo buena que era, porque uno se queda hasta el final tratando de dilucidar si esto es broma o seriedad absoluta, si estamos todos locos o en realidad hay uno solo que está del tomate y que deberían internarlo. Aunque en realidad no es por justificar pero tener de esposa a una mujer tan seductora, innevitablemente seductora como Emanuelle Béart, realmente es para tener los nervios de punta, un ego del tamaño de un rasca cielo y no sé ser Román Polanski que es maravilloso, terriblemente maravilloso y no se pondría celoso. Otro, es decir cualquier otro simple mortal, haría las cosas desquiciantes que hizo Paul, por pensar que todo Francia quería cogerse a su señora.
Totalmente recomendado!!
SINOPSIS:
Nelly y Paul son una pareja feliz. Él dirige el bonito hotel que acaba
de comprar en el campo, a orillas de un lago, y ella se ocupa de cuidar
al hijo de ambos. Pero Nelly es muy guapa y atrae a todos los clientes
del hotel. Y Paul, dominado por unos celos incontrolados y obsesivos,
llega a creer que su mujer se acuesta con todo el mundo.
CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Título original: L´enfer, 1994, Francia
Título en español: El infierno
Dirección y guión: Claude Chabrol
Música: Matthieu Chabrol
Reparto: Emanuelle Béart, Francois Cluzet, Nathalie Cardone, André Wilms.
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