Hace un par de semanas atrás fui invitada por la familia Stuardo Ojalvo, al estreno, en el Museo de la Memoria, de "La Reunión: Memorias de Dawson", un documental que cuenta la historia de las mujeres, casi todas viudas actualmente, de los prisioneros de Isla Dawson, después del golpe militar.
Era un evento esperado desde hacía mucho rato, ya que la Tía Lila Ojalvo, esposa de Julio Stuardo, el último intendente de Santiago del gobierno de Salvador Allende, me venía contando desde hace un tiempo atrás, la historia que terminaría en este trabajo audiovisual. Estábamos muy orgulloses y esperanzades, digo estábamos porque en pasado o en presente, son los hijes y nietes de la Tía Lilita y yo que soy la amiga y la colada. Entonces estábamos expectantes a este suceso, aunque la tía siempre tan dama, modesta y quitada de bullas aclaró cada vez que habló del tema, que ella aparecía apenas 23 segundos. En fin, ya tocaré ese punto.
Asunto es que el documental, realizado por los estudiantes de comunicación y periodismo de la U. Central, guiados por su profesor y ayudados por el director de la carrera, nada menos que Sergio Campos, son los responsables de este trabajo. En lo personal, me gusta cuando pasan estas cosas, porque todes los que tenemos de 35 años para arriba, vivimos directa o indirectamente, más o menos de cerca, las historias de la Unidad Popular de Salvador Allende, el golpe y la dictadura y el ejercicio de memoria lo podemos hacer por convicción, porque no son víctimas de las violaciones a los derechos humanos o está el caso de los que viven pasando la página. Pero meritorio es cuando jóvenes que no tienen vínculos familiares o de amigos con esta historia, escarbándola la descubran, interesen, profundicen y además le den una mirada de género, porque podrían hablar sobre los prisioneros de Dawson, a través de sus mujeres y en vez el foco está en las mujeres, estás señoras que eran las "esposas de".
Los pros.
Entonces podríamos decir que las palomitas que tiene este documental, está puesto en quiénes realizaron el trabajo, que les interesó e investigando, investigando, terminó en documental. Uno muy bueno realmente, la historia ya la conocemos, el enfoque es original. Los relatos, muchos de ellos no los conocíamos a menos que fueras un poco cercano o alguien, de alguien, que era cercano a alguien alguna vez lo contó en modo "leyenda urbana". Y finalmente el resultado es muy emocionante, triste, muy triste pensar por todo lo que pasaron estas mujeres, buscando e intentando saber de sus maridos. Ahí podríamos decir que lograron llegar a la médula del asunto, de las emociones, de los relatos, para que el espectador sacara conclusiones y emociones.
Los peros.
Como soy una criticona marca mayor, no puede faltar esta parte. Y realmente mis reparos van dirigidos a lo mismo de siempre, que si no se los he contado, esta será la ocasión y es aquello tan feo, feísimo que se sucede en las sociedades "latinoamericanas" que han pasado por experiencias más que terribles, espantosas, como son las dictaduras, las detenciones, torturas, desapariciones. Antes pensaba que el problema radicaba en que país que no hace justicia y exige verdad, está proclive a todo tipo de impunidades, las que nacen desde el Estado que no hizo justicia, como de los que no exigieron suficiente y se conformaron. Pero después miré las experiencias donde hubo más justicia que en Chile, como lo es Argentina y Uruguay y descubrí que pasaba igual. Es esa cosa monstruosa que a raja tabla domina a Amércia Latina y hablo por mi continente porque no sé de los demás, que es la discriminación por jerarquías sociales, políticas. Aquí en Chile le decimos "apitutados", en otros idiomas se conoce como "acomodados", "elite política". Aquello del Museo de la Memoria Ortíz Parada, por ejemplo. Que sigue en cadena, con rumbo a la normalización de las jerarquías del dolor, entre los comunistas se repiten los Ortiz Parada, por sobre una cantidad enorme de desaparecidos, torturados del mismo partido y que deberían tener los mismo derechos, pero de los cuales casi que desconocemos sus historias. A excepción de algunas mujeres y hombres, que gritan y reclaman con voz más sonora como Anita González, que obediente oveja del PC sería y siempre se mantuvo en un segundo plano de otres, pero gracias a su lucha incansable, destacaba sobre otres.
Después están los ABC1 del Partido Socialista, comenzando por la familia de Allende, le siguen los MIR con mayor poder adquisitivo, que están a la cabeza de Villa Grimaldi, y en fin nos podriamos amanecer. Es asi como en "La Reunión: memorias de Dawson", los estudiantes y realizadores del documental, decidieron contar la historia con las voces de las mujeres viudas de los presos de Isla Dawson, pero en versión jerarquía superior. Porque por ejemplo mi querida Tía Lila, que es una dama en toda la extensión de la palabra y por tal es modosa y no le gusta brillar, ojalá pasar desapercibida, a ella, que tiene una historia para contar, como todos, pero que no la conoce tantas personas, a ella le dan 23 segundos. En cambio, la archi conocida historia de José Tohá, Orlando Letelier, Lucho Corvalán, Cloromiro Almeida. Que siempre es bueno rememorar nuestra historia, pero darle paso a las de los, aparentemente, menos importantes ¿según quién? También.
Obvio que me enojó mucho que Lilita hablara solo 23 segundos, después pensé "es Lilita", la señora más generosa y buena del universo, que seguramente mientras estas viejas "doradas", esposas de embajador, políticos influyentes, ministros de Allende, cacareaban como guacamayas, la Tía las escuchaba y como dama y modosa que es, obviamente que no les iba a disputar el micrófono. Mi papá diría que eso se debe a que sus esposos no las escuchaban. Entonces desesperadas ahora, ven micrófono y saltan, Como en versión camarógrafo hace Guido Girardi, que lo único que añora es salir y salir en cámara.
Pero bueno, lamentablemente es un pero, gran pero, que tenemos como sociedad, aquello de etiquetar, agrupar, meter en sacos de categorías Jetset, elite, clases sociales, a las personas. Ojalá los jóvenes logren luchar contra eso, aunque pobres chicos, bastante tienen con sus propias demandas, como para además andar intentando cambiar el mundo. Pero para no terminar como la vieja peleadora, que ni tan vieja, pero sí bien peleadora, destacar por sobre todas las cosas del mundo el trabajo de este documental. Aquella mirada de género, que aunque esté de moda, ojalá que no se pase como siempre sucede y así como estos estudiantes pusieron el foco en estas señoras, en sus historias, sus experiencias, adentrándose en esta nuestra historia reciente, por más que muchos quieran sacarla a pasear solo cuando tienen gobiernos de derechas, que les cuento que eso ha venido sucediéndose desde que recuperamos la caca democracia, solo que algunos han sido más pillos y han ido soltándose el cuello de sus intensiones con más lentitud.
Asunto es que si le interesa ver este documental, tendrá que hacer como nosotros, ir hasta el Museo de la Memoria, Ortiz Parada, ubicado en Matucana 501 y solicitarlo en archivos o bien, esperar a que lo sumen a los ciclos de cine "de colección" que hay todos los martes de la vida, por siempre jamás.
Imperdible!!!
SINOPSIS:
Durante lso primeros días tras el golpe de Estado de 1973, la cúpula política del gobierno de la Unidad Popular, fue detenida y trasladada a la Isla Dawson, región de Magallanes, extremo sur de Chile y el continente. Las esposas de los entonces priosioneros pol´tioicos comenzaron un trahajo incesante para conocer el paradero de sus maridos y luego, tratar de regresar con vida, en estas circunstancias se concen y organizan espontáneamente, lo que llamaron "El grupo de las Dawsonianas".
Unidas en la desesperada empresa, utilizando todos sus contactos nacioonales e internacionales se enfrentan personalmente a los más altos mandos militares, incluyendo a Pinochet. Poniendo en riesgo su vida y la de sus familias. Sus denuncias finalmente comienzan a tener eco, dando inicio así a la presión política internacional, que termina en la aprtura de centros de detención por la Cruz Roja y la prensa extranjera.
La Periodista Angélica Beas, ex esposa de Carlos Jorquera, secretario de prensa de Salvador Allende, también llevado a Isla Dawson, decide 45 años después ir en busca de estos testimonios y reunir nuevamente a las "Dasonianas".
El registro cuenta con los testimonios de Victoria Morales Etchevers, Isabel Morel Gumucio, Irma Cáceres Soudan, Lily Castillo Riquelme, MAría Eugenia Hirmas Rubio, Agnélica Silva Morales, MAría Elisa Cruz, Adriana Rondón González, Mercedes Costa Riveros, Lila Ojalvo Claveria y Moira Lavanderos Croxato.
CALIFICACIÓN:
**************************
FICHA TÉCNICA:
Título original: La Reunión, memorias de Dawson, Chile, 2018.
Equipo realizador e investigación: Estudiantes de U. Central.
Montaje: Ramón Alaniz, Roberto Riveros.
Duración: 60 minutos.
Era un evento esperado desde hacía mucho rato, ya que la Tía Lila Ojalvo, esposa de Julio Stuardo, el último intendente de Santiago del gobierno de Salvador Allende, me venía contando desde hace un tiempo atrás, la historia que terminaría en este trabajo audiovisual. Estábamos muy orgulloses y esperanzades, digo estábamos porque en pasado o en presente, son los hijes y nietes de la Tía Lilita y yo que soy la amiga y la colada. Entonces estábamos expectantes a este suceso, aunque la tía siempre tan dama, modesta y quitada de bullas aclaró cada vez que habló del tema, que ella aparecía apenas 23 segundos. En fin, ya tocaré ese punto.
Asunto es que el documental, realizado por los estudiantes de comunicación y periodismo de la U. Central, guiados por su profesor y ayudados por el director de la carrera, nada menos que Sergio Campos, son los responsables de este trabajo. En lo personal, me gusta cuando pasan estas cosas, porque todes los que tenemos de 35 años para arriba, vivimos directa o indirectamente, más o menos de cerca, las historias de la Unidad Popular de Salvador Allende, el golpe y la dictadura y el ejercicio de memoria lo podemos hacer por convicción, porque no son víctimas de las violaciones a los derechos humanos o está el caso de los que viven pasando la página. Pero meritorio es cuando jóvenes que no tienen vínculos familiares o de amigos con esta historia, escarbándola la descubran, interesen, profundicen y además le den una mirada de género, porque podrían hablar sobre los prisioneros de Dawson, a través de sus mujeres y en vez el foco está en las mujeres, estás señoras que eran las "esposas de".
Los pros.
Entonces podríamos decir que las palomitas que tiene este documental, está puesto en quiénes realizaron el trabajo, que les interesó e investigando, investigando, terminó en documental. Uno muy bueno realmente, la historia ya la conocemos, el enfoque es original. Los relatos, muchos de ellos no los conocíamos a menos que fueras un poco cercano o alguien, de alguien, que era cercano a alguien alguna vez lo contó en modo "leyenda urbana". Y finalmente el resultado es muy emocionante, triste, muy triste pensar por todo lo que pasaron estas mujeres, buscando e intentando saber de sus maridos. Ahí podríamos decir que lograron llegar a la médula del asunto, de las emociones, de los relatos, para que el espectador sacara conclusiones y emociones.
Los peros.
Como soy una criticona marca mayor, no puede faltar esta parte. Y realmente mis reparos van dirigidos a lo mismo de siempre, que si no se los he contado, esta será la ocasión y es aquello tan feo, feísimo que se sucede en las sociedades "latinoamericanas" que han pasado por experiencias más que terribles, espantosas, como son las dictaduras, las detenciones, torturas, desapariciones. Antes pensaba que el problema radicaba en que país que no hace justicia y exige verdad, está proclive a todo tipo de impunidades, las que nacen desde el Estado que no hizo justicia, como de los que no exigieron suficiente y se conformaron. Pero después miré las experiencias donde hubo más justicia que en Chile, como lo es Argentina y Uruguay y descubrí que pasaba igual. Es esa cosa monstruosa que a raja tabla domina a Amércia Latina y hablo por mi continente porque no sé de los demás, que es la discriminación por jerarquías sociales, políticas. Aquí en Chile le decimos "apitutados", en otros idiomas se conoce como "acomodados", "elite política". Aquello del Museo de la Memoria Ortíz Parada, por ejemplo. Que sigue en cadena, con rumbo a la normalización de las jerarquías del dolor, entre los comunistas se repiten los Ortiz Parada, por sobre una cantidad enorme de desaparecidos, torturados del mismo partido y que deberían tener los mismo derechos, pero de los cuales casi que desconocemos sus historias. A excepción de algunas mujeres y hombres, que gritan y reclaman con voz más sonora como Anita González, que obediente oveja del PC sería y siempre se mantuvo en un segundo plano de otres, pero gracias a su lucha incansable, destacaba sobre otres.
Después están los ABC1 del Partido Socialista, comenzando por la familia de Allende, le siguen los MIR con mayor poder adquisitivo, que están a la cabeza de Villa Grimaldi, y en fin nos podriamos amanecer. Es asi como en "La Reunión: memorias de Dawson", los estudiantes y realizadores del documental, decidieron contar la historia con las voces de las mujeres viudas de los presos de Isla Dawson, pero en versión jerarquía superior. Porque por ejemplo mi querida Tía Lila, que es una dama en toda la extensión de la palabra y por tal es modosa y no le gusta brillar, ojalá pasar desapercibida, a ella, que tiene una historia para contar, como todos, pero que no la conoce tantas personas, a ella le dan 23 segundos. En cambio, la archi conocida historia de José Tohá, Orlando Letelier, Lucho Corvalán, Cloromiro Almeida. Que siempre es bueno rememorar nuestra historia, pero darle paso a las de los, aparentemente, menos importantes ¿según quién? También.
Obvio que me enojó mucho que Lilita hablara solo 23 segundos, después pensé "es Lilita", la señora más generosa y buena del universo, que seguramente mientras estas viejas "doradas", esposas de embajador, políticos influyentes, ministros de Allende, cacareaban como guacamayas, la Tía las escuchaba y como dama y modosa que es, obviamente que no les iba a disputar el micrófono. Mi papá diría que eso se debe a que sus esposos no las escuchaban. Entonces desesperadas ahora, ven micrófono y saltan, Como en versión camarógrafo hace Guido Girardi, que lo único que añora es salir y salir en cámara.
Pero bueno, lamentablemente es un pero, gran pero, que tenemos como sociedad, aquello de etiquetar, agrupar, meter en sacos de categorías Jetset, elite, clases sociales, a las personas. Ojalá los jóvenes logren luchar contra eso, aunque pobres chicos, bastante tienen con sus propias demandas, como para además andar intentando cambiar el mundo. Pero para no terminar como la vieja peleadora, que ni tan vieja, pero sí bien peleadora, destacar por sobre todas las cosas del mundo el trabajo de este documental. Aquella mirada de género, que aunque esté de moda, ojalá que no se pase como siempre sucede y así como estos estudiantes pusieron el foco en estas señoras, en sus historias, sus experiencias, adentrándose en esta nuestra historia reciente, por más que muchos quieran sacarla a pasear solo cuando tienen gobiernos de derechas, que les cuento que eso ha venido sucediéndose desde que recuperamos la caca democracia, solo que algunos han sido más pillos y han ido soltándose el cuello de sus intensiones con más lentitud.
Asunto es que si le interesa ver este documental, tendrá que hacer como nosotros, ir hasta el Museo de la Memoria, Ortiz Parada, ubicado en Matucana 501 y solicitarlo en archivos o bien, esperar a que lo sumen a los ciclos de cine "de colección" que hay todos los martes de la vida, por siempre jamás.
Imperdible!!!
SINOPSIS:
Durante lso primeros días tras el golpe de Estado de 1973, la cúpula política del gobierno de la Unidad Popular, fue detenida y trasladada a la Isla Dawson, región de Magallanes, extremo sur de Chile y el continente. Las esposas de los entonces priosioneros pol´tioicos comenzaron un trahajo incesante para conocer el paradero de sus maridos y luego, tratar de regresar con vida, en estas circunstancias se concen y organizan espontáneamente, lo que llamaron "El grupo de las Dawsonianas".
Unidas en la desesperada empresa, utilizando todos sus contactos nacioonales e internacionales se enfrentan personalmente a los más altos mandos militares, incluyendo a Pinochet. Poniendo en riesgo su vida y la de sus familias. Sus denuncias finalmente comienzan a tener eco, dando inicio así a la presión política internacional, que termina en la aprtura de centros de detención por la Cruz Roja y la prensa extranjera.
La Periodista Angélica Beas, ex esposa de Carlos Jorquera, secretario de prensa de Salvador Allende, también llevado a Isla Dawson, decide 45 años después ir en busca de estos testimonios y reunir nuevamente a las "Dasonianas".
El registro cuenta con los testimonios de Victoria Morales Etchevers, Isabel Morel Gumucio, Irma Cáceres Soudan, Lily Castillo Riquelme, MAría Eugenia Hirmas Rubio, Agnélica Silva Morales, MAría Elisa Cruz, Adriana Rondón González, Mercedes Costa Riveros, Lila Ojalvo Claveria y Moira Lavanderos Croxato.
CALIFICACIÓN:
**************************
FICHA TÉCNICA:
Título original: La Reunión, memorias de Dawson, Chile, 2018.
Equipo realizador e investigación: Estudiantes de U. Central.
Montaje: Ramón Alaniz, Roberto Riveros.
Duración: 60 minutos.
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